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España España · málaga
Voto de nachete:
5
Terror. Drama. Thriller El espíritu de Charlie Forsythe, un reo que ha sido ejecutado en la silla eléctrica hace 25 años, busca venganza de su carcelero que ahora es el director de la prisión de Creedmore, nuevamente abierta. (FILMAFFINITY)
11 de octubre de 2010
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Renny Harlin, simpático bárbaro nórdico, debutó en USA dirigiendo al retoño de Chuck Norris en una de acción patriótica y descerebrada (Born American). Fue una carta de presentación clara y directa que reveló a su director como un servil artesano al servicio del buen cine palomitero yanqui, eso sí, con tendencia al músculo y la hemoglobina. De ahí a que fuera seleccionado para hacer una horror movie barata, varonil y claustrofóbica había un paso. Y así llegamos a Prison: una de espíritus vengativos derramando sangre entre las cuatro paredes de una penitenciaría/ratonera tirando a cochambrosa, con presos/as que son desechos de la sociedad y un alcaide-villano poco dispuesto a saldar cuentas con el pasado.

Directa al grano, con una ágil e inteligente presentación de personajes, la película propone un look de terror ochentero (la dirección cita a Lustig, a Cohen…) formalista y fibroso, de apuntes enfáticos y recargada intensidad, con una forma de interpretar el terror y el gore en la que Harlin parece ensayar la violencia delirante, casi surrealista, de su posterior e inminente Pesadilla en Elm Street 4: la cámara de aislamiento que entra en ebullición, la asfixia y perforación de los tubos, ese alambre con vida propia…

Gore competente e imaginativo anclado en una trama argumental de sencillez extrema, de personajes más bien planos y desarrollo algo cansado. Pese a las buenas intenciones, la cinta no logra mantener el pulso inicial y comienza a naufragar mediado el metraje, cuando la historia deja de avanzar y se limita a ilustrar, y a exagerar, ese flanco fantástico que casi emparienta al film con aquella tronada peli de Wes Craven, Shocker, 100.000 voltios de terror. Pese a su excesivo metraje, pese a perder fuelle hacia el final, resulta una obra tan curiosa como excesiva, amén de una gema para seguidores del vikingo Harlin o de los primeros trabajos del bueno de Viggo Mortensen.

Lo mejor: las muertes, la testosterona de Harlin.
Lo peor: desvaría demasiado en el tercio final.
nachete
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