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España España · málaga
Voto de nachete:
8
Terror Tres cuentos de terror con mujeres amenazadas por llamadas misteriosas, vampiros en las estepas rusas y sangrientas venganzas: "El teléfono": una mujer, que vive sola, comienza a recibir inquietantes llamadas. Al otro lado del teléfono, una voz masculina profiere amenazas de muerte y de deseo. Aunque, en principio, todo parece una broma... "Los Wurdalak": el viajero ha encontrado el cadáver de un hombre apuñalado. También una sombría ... [+]
17 de agosto de 2007
38 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con Las tres caras del miedo Bava se acerca a un territorio del terror clásico que ya había explorado en la extraordinaria La máscara del demonio. Basada en tres famosos relatos de dos maestros de la literatura clásica (Tolstoi y Chéjov) y otro que desconozco (Snyder), el italiano ofrece una amplia perspectiva de sus inquietudes estéticas y narrativas acometiendo su tríptico con una mirada que equipara formas y tonos para divergir en el germen del suspense y el terror. En “El teléfono”, por ejemplo, el miedo aparece de forma mucho más real y temible, a la vez que preludia el inicio del Scream de Craven y homenajea a Hitchcock en su milimétrico y engañoso desarrollo dramático y en su perverso sentido del voyeurismo.

Con “Los Wurdalak”, sin embargo, Bava se enfrenta a una tradicional historia de vampiros (eso son y no otra cosa los tal wurdalak) con el pulso firme y el gusto por el detalle que le caracteriza, y beneficiado por la asombrosa interpretación del inmenso Boris Karloff (que también ejerce de maestro de ceremonias de la película, todo un lujo). Desplegando una puesta en escena sencillamente insuperable (esa fotografía no tiene nombre) y un aliento entre trágico y poético que le añade charme a la narración, Bava logra filmar uno de sus trabajos más potentes y conseguidos, una historia sencilla que desborda los sentidos y subyuga como los cantos de esos seres sin alma que la protagonizan (amén de funcionar como bello homenaje a las pelis que la Hammer producía por aquel entonces).

El último episodio, “La gota de agua”, es el más terrorífico de todos. La historia la firma Chéjov, pero es muy Poe en su discurso sobre la codicia y la visión de los espectros como representaciones del remordimiento y la conciencia herida. Y es, ante todo, Bava al 100%: luces verdes que parpadean, pasillos largos teñidos de rojo, violeta y dorado, y pequeños signos de terror que desembocan en ese inolvidable y escalofriante final (pocas veces una aparición fantasmal había dado tan mal rollo). Una pequeña obra maestra.

Lo mejor: el ESTILO de Bava.
Lo peor: el primer episodio está un poco por debajo de los otros dos, quizás...
nachete
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