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Voto de JVMarq:
6
6,7
6.041
Thriller. Cine negro
Frontera entre Rusia, China y Corea del Norte. Acosado por las deudas, casi en la miseria, un hombre acepta un contrato para asesinar a alguien. Es su último recurso para cubrir las necesidades de su familia. Conoce pocas cosas sobre su víctima, pero nunca hubiera imaginado que acabaría siendo engullido por un engranaje criminal. (FILMAFFINITY)
19 de diciembre de 2011
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tiene gracia ver una película como The Yellow Sea, un día antes del fallecimiento de Kim Jong II, ayer The Yellow Sea, anteayer The Chaser. No llega a coincidencia, puede que ni sea una curiosidad, a lo mejor no llega ni a tonta anécdota, solo por el mero hecho de posar la atención en el cine coreano actual. Algo de esperar ante un cine siempre sorprendente y atrayente, que se ha formado un estilo propio reconocible.
Resulta pues curioso solo porque el director Na Hong-jin envuelve alrededor de una serie de catastróficas vicisitudes el drama personal del protagonista, un Joseon, que viene a ser un norcoreano que malvive en la frontera entre trabajos mal remunerados y la acechante miseria.
Puede que esta cuestión no adquiera una importancia vital en la trama, pero entre tanta sangre y escenas de peleas y acción, es algo que llama la atención, que da cierto trasfondo social al margen de los golpes y bestialidades varias. La misma The Chaser trata temas delicados como el abuso policial, los derechos y la justicia, como lo hacía años atrás Memories of murder, una de las películas pioneras de este nuevo cine coreano.
Quizá el mayor problema que veo a la película que nos ocupa sea la que a la vez es una de las grandes virtudes del director surcoreano; el desmedido afán que tiene por entretener, incluso pagando el peaje de tener que perder toda apariencia de verosimilitud en lo que acontece.
Pues no deja de ser chocante pararse a ver donde comienza la película y donde termina, y como va enredándose todo en una maraña de desgracias en forma de ajustes de cuentas, cuchilladas, hachazos o lo que haga falta con tal de asegurar un buen puñado de escenas cargadas de hemoglobina.
No es algo malo, mientras las cosas no se vayan de las manos, y en The Yellow Sea se van y mucho. Y es chocante porque el anterior trabajo de director, The Chaser, resulta ser un trabajo con un toque más serio y sosegado que le da el realismo apropiado al conjunto, dentro de lo exagerado, aceptando encuentros casuales entre personajes y concesiones varias. Quizá en aquella, en su fotografía y recursos cinematográficos, era más evidente la influencia de anteriores trabajos del cine coreano, y en The Yellow Sea parece que Hong-jin es más el mismo.
Resulta pues curioso solo porque el director Na Hong-jin envuelve alrededor de una serie de catastróficas vicisitudes el drama personal del protagonista, un Joseon, que viene a ser un norcoreano que malvive en la frontera entre trabajos mal remunerados y la acechante miseria.
Puede que esta cuestión no adquiera una importancia vital en la trama, pero entre tanta sangre y escenas de peleas y acción, es algo que llama la atención, que da cierto trasfondo social al margen de los golpes y bestialidades varias. La misma The Chaser trata temas delicados como el abuso policial, los derechos y la justicia, como lo hacía años atrás Memories of murder, una de las películas pioneras de este nuevo cine coreano.
Quizá el mayor problema que veo a la película que nos ocupa sea la que a la vez es una de las grandes virtudes del director surcoreano; el desmedido afán que tiene por entretener, incluso pagando el peaje de tener que perder toda apariencia de verosimilitud en lo que acontece.
Pues no deja de ser chocante pararse a ver donde comienza la película y donde termina, y como va enredándose todo en una maraña de desgracias en forma de ajustes de cuentas, cuchilladas, hachazos o lo que haga falta con tal de asegurar un buen puñado de escenas cargadas de hemoglobina.
No es algo malo, mientras las cosas no se vayan de las manos, y en The Yellow Sea se van y mucho. Y es chocante porque el anterior trabajo de director, The Chaser, resulta ser un trabajo con un toque más serio y sosegado que le da el realismo apropiado al conjunto, dentro de lo exagerado, aceptando encuentros casuales entre personajes y concesiones varias. Quizá en aquella, en su fotografía y recursos cinematográficos, era más evidente la influencia de anteriores trabajos del cine coreano, y en The Yellow Sea parece que Hong-jin es más el mismo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
De todas formas, es innegable que la primera hora de película le sumerge a uno en un mar de expectación, incertidumbre y tensión por averiguar como ser resuelve la misión del protagonista, algo que posteriomente se va diluyendo.
Puede que otros prefieran la segunda hora, cuando la historia se abre hacia caminos retorcidos y el personaje principal se convierte en El fugitivo, no es mi caso. Las peleas y las piruetas argumentales no me convencen en esta ocasión, aunque admito que el festival de palos para el que guste, esta realizado con cierto estilo.
Además el reparto es solvente, en un principio al menos. Jung-woo Ha, que cumplía el rol de asesino en The Chaser, no descubro nada pues era sabido desde el primer minuto, aquí su personaje tiene una carga dramática considerable que sabe llevar muy bien, como digo en la primera mitad del film.
Yun-seok Kim es el sacrificado en esta ocasión en algunos aspectos. En The Chaser era a mi modo de ver la estrella de la función haciendo avanzar la historia en algunos momentos, en The Yellow Sea empieza fuerte, pero se va convirtiendo en un personaje vació, carente de emociones, descontrolado y desquiciado.
No obstante, ambos personajes pierden mucho sentido y parte de su razón de ser por el camino, exprimidos como naranjas y menos aprovechados de lo que debieran serlo, aunque parezca algo contradictorio.
Al ver el final de la película y del protagonista, agotado y engullido por la historia, he recordado el final de una película americana, La sombra del diablo de Alan J. Pakula, con la muerte en el barco.
Puede que otros prefieran la segunda hora, cuando la historia se abre hacia caminos retorcidos y el personaje principal se convierte en El fugitivo, no es mi caso. Las peleas y las piruetas argumentales no me convencen en esta ocasión, aunque admito que el festival de palos para el que guste, esta realizado con cierto estilo.
Además el reparto es solvente, en un principio al menos. Jung-woo Ha, que cumplía el rol de asesino en The Chaser, no descubro nada pues era sabido desde el primer minuto, aquí su personaje tiene una carga dramática considerable que sabe llevar muy bien, como digo en la primera mitad del film.
Yun-seok Kim es el sacrificado en esta ocasión en algunos aspectos. En The Chaser era a mi modo de ver la estrella de la función haciendo avanzar la historia en algunos momentos, en The Yellow Sea empieza fuerte, pero se va convirtiendo en un personaje vació, carente de emociones, descontrolado y desquiciado.
No obstante, ambos personajes pierden mucho sentido y parte de su razón de ser por el camino, exprimidos como naranjas y menos aprovechados de lo que debieran serlo, aunque parezca algo contradictorio.
Al ver el final de la película y del protagonista, agotado y engullido por la historia, he recordado el final de una película americana, La sombra del diablo de Alan J. Pakula, con la muerte en el barco.