El cine independiente americano sigue en muy buena forma. No es necesario salirse mucho del radar para encontrar auténticas joyas en los últimos años. Aunque hay de todo entre estas películas, solemos encontrar trabajos más intimistas, cercanos, concretos y con un discurso menos comercial y más arriesgado que de normal.

Esta película forma parte de este grupo y, aunque no llegue a la altura de otras, cumple a la perfección con su cometido. Nos acerca y nos sumerge en la situación doméstica de pleno, de forma íntima y cruda, con unos diálogos muy acertados. Sorprende el poco protagonismo de la criatura, pero centra la reflexión en los adultos, para facilitar la empatía del público.

Sus dos famosos protagonistas ofrecen unas buenas interpretaciones que les favorecen, ya que los saca de sus papeles más conocidos y aún así cumplen, tanto en su actuación como en su implicación como figuras relevantes que toman partido de la reflexión planteada.

Aunque falla alguna subtrama y quizás era necesario concluir la situación de otra manera, A Kid Like Jake se atreve a plantear el tema del género en los niños y niñas con una gran credibilidad.