Segunda versión de la novela de Armando Palacio Valdés, en la que Florián Rey remozó la historia que ya había adaptado en 1927.

El romance entre un médico y una novicia da pie a una leve trama amorosa narrada de manera algo primaria pero con un evidente encanto, al que contribuye en gran parte el desparpajo de su protagonista, una de las pocas estrellas del modesto "cine español, la colosal Imperio Argentina.

Las películas en estos años, antes de la Guerra Civil, tenían el atrevimiento y el descaro para con la Iglesia que después se ocultó durante 40 años. La cinta apenas tiene el encanto que nos otorga ver y escuchar a la actriz principal, el guión es extremadamente primitivo y el atractivo de la película se resiente.

A años luz del cine norteamericano de aquella época. Un 3.