Hollywoodland nos habla de los días de gloria y del rápido descenso de George Reeves, el primer hombre que interpreto el papel de Superman. Nacida como un hibrido entre drama y thriller neo-noir se deja ver como una película bastante notable que nos hace adentrarnos en una época donde el Star System dominaba la vida de todos los actores y en la que cualquiera estaba dispuesto a trasgredir cualquier límite para lograr sus objetivos. Así se nos presenta George Reeves, interpretado por un genial Ben Affleck, que buscando su primer papel notorio se vincula con una femme fatale que está casada con un magnate del cine. Los grandes magnates del cine son mostrados como verdaderos dioses, seres que con un solo pestañeo pueden destruir o salvar a cualquiera que tenga el suficiente valor como para pararse un par de segundos ante sus grandes fauces. Sin embargo, el planteamiento no es tan simple como parece con un primer vistazo.

El supuesto suicidio de Reeves fue uno de los más grandes escándalos de Hollywood y aun a día de hoy sigue sin haber sido resuelto. Allen Coulter que ya tenía cierta experiencia en la dirección de episodios de tv de series bastante notables, aborda esta cinta narrándonos las peripecias de un ex detective en horas flojas que debe sumergirse en un mundo turbio y decadente para investigar la muerte del mayor ídolo de su hijo pequeño. Un hombre de acero que se quebró al intentar rozar el cielo. En Hollywoodland las luces por primera vez no nos conducen a ninguna parte y resulta demasiado fácil olvidar el camino a casa si te empeñas en seguirlas. Los disfraces con los que uno busca atraer el estrellato se adhieren a la piel hasta resultar inseparables de la carne y el hueso. Si algo tienen en común los personajes que se nos presentan es que todos interpretan un papel que detestan, uno que les has sido asignado y del que no pueden huir. La capacidad de reinventarse así mismos, el precio del poder, el hastió y la tristeza del que no puede dar el máximo de su potencial. Todos estos temas son tratados de manera brillante.

Si algo se le puede achacar a Allen Coulter es no haber observado esta historia con un ojo más crítico. Al final la verdad se deja intuir tras unas cortinas pesadas, se opta por un desenlace abierto que ni acusa ni afirma. El veredicto final se deja en manos del espectador que debe elegir cual es la verdad en la que desea creer. Podría haber sido más critica pero lo cierto es que consigue crear un personaje notable y hacer brillar a un actor en el que posiblemente sea el mejor papel de su carrera. Ben Affleck ha nacido para interpretar a este pobre hombre que sonríe con unos ojos cargados de tristeza, dispuesto a dar su última batalla aunque carezca de la fuerza necesaria para hacerlo. Un hombre que no puede alcanzar la fama que desea y que se ve anclado en un papel que no le deja crecer como actor ni tampoco como persona. La escena de la cinta de boxeo es notable y hablare de ella más abajo, para no desvelar nada.