Después de triunfar con Carrie, Brian De Palma volvió a repetir argumento con una historia similar. Jóvenes con increíbles poderes telequinésicos que debidamente moldeados podrían convertirse en armas muy peligrosas. Eso es lo que pretende una oscura división del gobierno con el hijo de un agente secreto dotado con tales poderes. Tras secuestrarlo y dar a su padre por muerto éste no cejará en su empeño por recuperar a su hijo. Una vez restablecido de sus heridas contactará con una joven que tiene las mismas capacidades que su vástago y le ayudará a buscarlo.

La furia es un efectista thriller de acción y espionaje con ribetes fantásticos que incluye impactantes secuencias a cámara lenta marca de la casa y unos buenos efectos especiales. Sin embargo, la película falla en la trama que no acaba de convencer con ese confuso inicio en Israel y un Kirk Douglas un tanto ridículo como agente secreto. Se ve con interés pero al final tienes la sensación de que es un disparate.