En SOLE SURVIVOR, los de las batas blancas experimentan con niños a los que confieren poderes psíquicos, en particular, el de controlar mediante neuro-modulación a algunos individuos para que actúen según los intereses de los que están poniendo la pasta: asesinatos, terrorismo de estado, sabotaje, decisiones políticas, etc.

Por eso, decía en el título que la premisa es un poco la de THE MANCHURIAN CANDIDATE: lavar el cerebro a infelices para que obedezcan los designios de algún cabrón sin escrúpulos. Lo cual, de futurista o de ficcional no tiene nada, pienso yo. Los gobiernos llevan haciéndolo siglos, y si no, dime cómo demonio se las arreglan para convencer a miles (o millones) de chavales imberbes para ir a matar y a que les maten por la patria.

El gran Billy Zane hace un buen papel, como víctima que intenta desentrañar toda esta conspiración maligna, aunque el intérprete más notable es John C. McGinley, marcándose uno de los villanos más exasperantes y detestables que el cine ha dado, ya sea cine cine o cine para la televisión, como es el caso.

Yo he visto muchísimas tv-movies (aquella época de las sobremesas de Antena3 con cientos de pelis ‘basadas en un hecho real’), y la verdad es que me he llevado muchas sorpresas agradables. Os aconsejo que hagáis lo mismo.