Maniac es como la bisabuela de Re-Animator. Maniac tiene los ingredientes básicos de los films de terror clásicos: mad doctor, experimentos para resucitar muertos, la morgue, ayudante del científico loco, pero además incluye elementos bizarros: peleas femeninas, gatos y ratas, desnudos femeninos...

Dwain Esper es pionero en utilizar las enfermedades mentales o el sexo como telón de fondo para el terror. Eso hace de Maniac una perla oculta entre los clásicos de la época (Los Monstruos de la Universal...), un film que lejos de ser una obra maestra, merece su visionado por lo bizarro y a la vez fresco de su propuesta.