Película casi invisible y maldita del cine español reciente (ignoro si llegó a estrenarse), rareza donde las haya, merecido tiene este infausto destino (Carlos Aguilar ni siquiera la menciona en su Guía del Cine). Significó la primera y última película del casi desconocido Eloy Lozano, y es que se trata de una cinta capaz de acabar con la carrera de cualquiera. Cerca de Santiago de Compostela (desaprovechada) existe una misteriosa residencia en que señores de la tercera edad se acuestan con hermosas beldades dormidas sin que, en principio, puedan hacer cochinadas con ellas. Lawrence, llegado de Inglaterra para dar clases, se pone en contacto con la enigmática encargada de la residencia, Salomé (Teresa Gimpera, muy en su papel), y se va enganchando cada vez más con las bellezas que adornan su lecho. Basada en un libro de relatos de Yasunari Kawabata, premio Nobel de Literatura en 1968, en cuya obra la sexualidad desempeña un papel primordial, la película es execrable, con unas interpretaciones a juego y un sentido del ritmo cinematográfico de llorar. Lo único de agradecer es que el señor Lozano desnudara a sus bellísimas actrices y nos permitiera disfrutar de sus cuerpos perfectos. Por lo demás, un fracaso en toda la regla.