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España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
6
Western Un grupo formado por un capitán del Ejército, un sheriff, su ayudante, dos prisioneros, un comerciante y los viajeros de una caravana, se unen en el viaje por el desierto ya que una tribu de Apaches ha dado con ellos y los acosarán incesantemente. (FILMAFFINITY)
22 de febrero de 2019
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me gustan los westerns de indios. Mucho más que los de agricultores y ganaderos, los de la Guerra de Secesión, los de pistoleros, y no digamos los de mexicanos del spaghetti western. El indio, el piel roja, posee un no sé qué ominoso, siniestro, amenazante, algo que debe remover mis temores más primigenios. Aportan un toque misterioso y prometen una muerte peor que cualquier otra. Masacre en el pozo de la muerte es una de indios, y la hemos visto muchas veces: grupo variopinto de blancos acosados y perseguidos por partida de "salvajes", que los van eliminando uno a uno. Hasta ahí, ninguna novedad. Hay un apuesto oficial de la Caballería, un par de prisioneros camino de su juicio, y probable ahorcamiento, dos mujeres muy diferentes, el antiguo interés amoroso del oficial y una mexicana que no sabemos muy bien a qué se dedica, aunque lo intuimos, el nuevo galán de la primera, un seboso mercachifle que vende a los indios whisky y rifles, y un sheriff. Los otros van cascando lenta pero incesantemente. Lo interesante es el estudio de las relaciones entre los personajes y el intento de dotar a todos de cierto empaque psicológico, más allá de los estereotipos. Hay persecuciones, tiroteos, intriga, suspense, todo bien servido por la cámara del gran William Clothier, pese a que la copia emitida por la 2 era para echarse a llorar, y una adecuada partitura de Paul Dunlap, si bien podría haberse ahorrado los coritos celestiales. El reparto es potente: Barry Sullivan y Jack Elam, los presos, siempre eficaces en sus cometidos; Dennis O'Keefe, galán alto, corpulento y guapo, con 279 créditos en su filmografía (se dice pronto). Las chicas son Mona Freeman, muy mona, en efecto, y Katy Jurado, de la que siempre he sospechado proezas sin cuento en el lecho (y si no, que se lo pregunten a Ernest Borgnine). Y los secundarios al punto, como siempre. O sea, no aporta nada, aparte de hora y media de entretenimiento sin mácula. Con eso me basta.
Eduardo
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