Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
4
Drama En la corte de Minurte, rey de Asiria, no faltan las conspiraciones. Semiramide, favorita del soberano no oculta su ambición: quiere construir la ciudad de mayor esplendor del imperio, la futura Babilonia; pero su amor por un esclavo, Kir, rey de los dárdanos, puede malograr sus planes.
24 de febrero de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Caramba con la tal Semiramis! ¡Menudo pendón! A ciencia cierta, nadie sabe si existió la tal reina asiria, constructora de Babilonia, pero eso a Primo Zeglio y a su pléyade de guionistas les importa un rábano.Tantas manos implicadas se hicieron un lío, y la película discurre con fláccido aburrimiento, lo cual en un peplum es imperdonable. Esta señora jugaba a varias bandas, y no vacilaba en entregar sus artículos más preciados si con eso lograba sumar un reino más. Aquí se inventan que quedó prendada, que no preñada, de un apuesto esclavo que, por supuesto, también era rey de su pueblo. Entre intrigas, traiciones, alguna que otra batallita mal coreografiada y diálogos de llorar, discurre esta cinta que, si destaca por algo, es por la aparición de Yvonne Furneaux, señora de hipnóticos ojos verdes y suntuosos senos. Si Semiramis era algo parecido a Yvonne, no me extraña las que se armaban. Le da la réplica un gañán, que no galán, importado de Estados Unidos tras comprobarse que no había manera de convertir a aquel cacho carne en un actor. Kansas busca a un asesino (1960) fue su gran oportunidad, cuando encarnó al famoso gangster Pretty Boyd Floyd, pero ni por ésas. Su máximo momento de gloria fue cuando posó en bolas para un desplegable de Playgirl en 1974. Poca coña, que estaba a punto de cumplir los 50. En cuanto a la Furneaux, tras pasear sus curvas y valles por alguna película destacable (La dolce vita, Repulsión, La momia versión Terence Fisher), tuvo el mal gusto de casarse con un hombre adinerado y retirarse a vivir a Lausana, la muy desagradecida. Duelo de reyes no aporta nada, y encima adormece. Pensadlo dos veces.
Eduardo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow