Mia Farrow, antes de caer en las redes de Allen, y Dustin Hoffman cuando justo empezaba en esto del cine, se ponen al servicio de una historia pequeña que por las manera como está contada y por su sencillez, a mí me ha acabado gustado más que la mayoría. No es una película que se encuentre entre las más recordadas de ambos protagonistas, ni está considerada como las mejores de Peter Yates. En mi opinión el hecho de haber pasado tan desapercibida sólo se explica por la extensión y grandeza de las filmografías de estos nombres propios, algo totalmente injusto puesto que para mí "John and Mary" lo tiene todo.

Desde la sencillez de su punto de partida se construye una película a base de flashbacks y flashforwards que funcionan perfectamente. A ello se le suma que puntualmente escuchamos la voz en off de sus protagonistas justo cuando más necesario es, justo cuando nos preguntamos qué pensará uno, qué pensará otro, sus dudas en voz alta, sus miedos, sus inseguridades, la fragilidad del amor cuando todo es empezar o no, queda en el aire y no depende de nadie, o tal vez sí, cualquier movimiento puede decantar y determinar el futuro. Una historia que empieza como otras tantas, chico conoce chica, se acuestan porque hay química y a la mañana siguiente todo son incógnitas. ¿Adónde llevará este primer encuentro?; ¿quedará en un polvo y nada más?; ¿quién no se ha encontrado en una situación parecida?; ¿nace el amor o queda en una simple huella para el recuerdo?

En un marco tan atractivo como Nueva York, John y Mary se encuentran y ponen a prueba su futuro como pareja, empezar o no empezar algo importante. Su historia me ha hecho despertar un interés especial, el amor cuando no ha empezado a serlo del todo, cuando está en el aire y hay que decidirlo todo.