Quienes ya conozcan las inclinaciones del maestro Mikio Naruse no van a sentirse decepcionados si llegan a esta película, traducida de forma incisiva "Como una esposa, como una mujer". Ver a Hideko Takamine subida en una montaña rusa, en un determinado momento de la película con su kimono tradicional, sentada al lado de un chaval de uniforme, no tiene precio. Y además en color.

De nuevo el centro de la historia es la mujer, como fundamento básico cultural en el que buena parte de la ética japonesa se apoya, elemento indispensable que acaba configurando la familia. El dilema que presenta Naruse es el que ya anuncia en el título: mujer o esposa, en disyuntiva, tal como lo veo yo, separando lo que es una cosa y otra en dos seres humanos que batallan por su espacio y sufren la condena de su condición.

En el cine de Naruse es habitual que la historia se vaya cocinando poco a poco, como es habitual en ciertos coetáneos suyos, pero lo que lo hace destacable es que sus platos suelen ser fuertes, no son historias ligeras y lleva al límite sus películas aunque siempre, por supuesto, dentro de la moderación propia de las apariencias del japonés contemporáneo. En las escenas finales de "Tsuma to shite onna to shite" ya no queda otra que para poner encima de la mesa todo el rencor y el dolor de soportar durante años y años un triángulo lamentable. Nadie sale beneficiado de algo así, aunque sorprende que las recriminaciones en la parte femenina no sean igual de duras que hacia la parte masculina. En todo caso, la bella Takamine transmite una pena y un dolor infinitos.

Otra gran película de Naruse, en color, olvidada y con muchos elementos que la hacen atractiva. Hasta sale Tatsuya Nakadai!!! Y con un gran mensaje final, como dicen los dos niños al final: vamos al cine!!!