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Voto de MrRipley:
7
6,6
1.361
Western
Una carrera de caballos de 700 millas, a través de varios estados americanos, concentra un gran interés y muchas apuestas en toda la nación. Participan en la competición nueve personas muy diferentes que se enfrentarán a una de las más duras y apasionantes experiencias de su vida. (FILMAFFINITY)
25 de noviembre de 2010
21 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más interesado por los personajes que por la aventura, esta especie de versión en falso western de La carrera del siglo, fue una de las últimas películas del siempre interesante Richard Brooks y aún no tratándose de su mejor película (algunos pasajes de aventura son un poco pesados y previsibles; la espectacularidad con que en su día estuvo planteada pinta poco en la era digital). Brooks, que antes de director fue guionista y periodista (aunque esto último no tenga por qué significar gran cosa) era un estupendo dialoguista, y se nota. Hay réplicas geniales. Hay una bonita loa de la amistad. Hay una reparto estupendo. Por otro lado, los personajes no serán personas, pero estoy convencido de que la actitud de un autor por sus personajes, y su forma de retratarlos, dice mucho de su actitud hacia las personas "reales"; al menos en algunos géneros es crucial. En Muerde la bala hay mucho de esa "mirada humanista" del director, una forma implícita de poner cierta actitud hacia "sus criaturas" por encima de los vaivenes de la peripecia argumental. Igual no parece lo más apropiado en una película de aventuras, pero yo creo que es lo apropiado siempre. Esas cosas también cuentan.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Como trasfondo, se guarda una crítica explícita a eso que se conoce como "sueño americano", el éxito social como medida del valor de una vida. El personaje de Gene Hackman, que en muchos aspectos es el propio Brooks, llega a decirlo explícitamente. Uno de los momentos más evidentes al respecto es la escena de la muerte del personaje de Ben Johnson, que ha iniciado la lucha con problemas del corazón y hasta el mismo instante de morir sigue pensando que puede ganar. Aparte de la labor estupenda del actor, la amargura viene no sólo de su relato de una vida de luchador, sino de su carácter de involuntaria víctima de unos ideales demasiado exigentes; apenas puede moverse, y sigue viéndose como ganador; la ambición es tan fuerte que lo deja ciego ante lo evidente; la inercia de la lucha sólo la apaga la muerte y sigue viva hasta el último instante...
Pero hay otro elemento menos obvio en el desarrollo del argumento que apunta en el mismo sentido, más aún mirado desde la actualidad donde vende mucho más no ya la violencia, sino yo diría que más bien el cinismo, en el cine comercial (bueno, ojalá fuera sólo el cine): aquí no importa tanto la competición (y mucho menos el éxito final) como quienes compiten. En una película actual, fácilmente los personajes hubieran ido aumentando sus tensiones y la rivalidad de la carrera los hubiera hecho sacar lo peor de ellos mismos. En Muerde la bala sin embargo hay una especie de solidaridad y compañerismo que va en aumento con el desarrollo de la aventura. Es algo muy "demodé", desde luego, pero precisamente por eso, para mi, más digno de elogio. Algunas cosas son demasiado ingenuas, como la transformación final del joven pendenciero y brutal; incluso algo más importante, como la rabia del personaje de Gene Hackman hacia quienes atacan a los animales o a las mujeres, en general contra quienes abusan de su poder sobre quienes no están en posición de defenderse; es un punto muy importante del sentido de la historia, muy probablemente fuera la filosofía del propio Brooks, pero ese "altruismo violento" es un poco forzado, demasiado "limpio", demasiado de "buen tipo".
El proyecto se debió quedar largo de metraje y debió haber imposiciones al respecto; se nota mucho la tijera, por ejemplo, en la escena final, una especie de amago a La soledad de el corredor de fondo (película, por cierto, 13 años anterior) aunque finalmente resulta otra cosa, aquí más convencional; los jinetes que llegan primeros a la meta, curiosamente los que más cotizaban a efectos de caché y taquilla, lo hacen agotados y exhaustos después de cruzar unas montañas heladas... de las que sólo hemos visto una panorámica y un par de flashes más.
Pero hay otro elemento menos obvio en el desarrollo del argumento que apunta en el mismo sentido, más aún mirado desde la actualidad donde vende mucho más no ya la violencia, sino yo diría que más bien el cinismo, en el cine comercial (bueno, ojalá fuera sólo el cine): aquí no importa tanto la competición (y mucho menos el éxito final) como quienes compiten. En una película actual, fácilmente los personajes hubieran ido aumentando sus tensiones y la rivalidad de la carrera los hubiera hecho sacar lo peor de ellos mismos. En Muerde la bala sin embargo hay una especie de solidaridad y compañerismo que va en aumento con el desarrollo de la aventura. Es algo muy "demodé", desde luego, pero precisamente por eso, para mi, más digno de elogio. Algunas cosas son demasiado ingenuas, como la transformación final del joven pendenciero y brutal; incluso algo más importante, como la rabia del personaje de Gene Hackman hacia quienes atacan a los animales o a las mujeres, en general contra quienes abusan de su poder sobre quienes no están en posición de defenderse; es un punto muy importante del sentido de la historia, muy probablemente fuera la filosofía del propio Brooks, pero ese "altruismo violento" es un poco forzado, demasiado "limpio", demasiado de "buen tipo".
El proyecto se debió quedar largo de metraje y debió haber imposiciones al respecto; se nota mucho la tijera, por ejemplo, en la escena final, una especie de amago a La soledad de el corredor de fondo (película, por cierto, 13 años anterior) aunque finalmente resulta otra cosa, aquí más convencional; los jinetes que llegan primeros a la meta, curiosamente los que más cotizaban a efectos de caché y taquilla, lo hacen agotados y exhaustos después de cruzar unas montañas heladas... de las que sólo hemos visto una panorámica y un par de flashes más.