Se puede decir que este telefilm nos mantiene en intriga hasta el final. Este aspecto positivo es logrado gracias a una historia intrigante de por sí, por lo que no vamos a catapultar la labor del director ni de los actores ya que, hablamos de un basado en hechos reales y es por eso que, despierta interés conocer quien es el asesino, como ocurrieron los hechos y demás, pero no porque se ruede de manera brillante cada una de las escenas ni porque los actores, que no están mal en algunos casos, hagan de la función algo más que un simple telefilm, ni mucho menos.
A decir verdad, especialmente en sus inicios, la historia se sigue con absoluta facilidad, es absorbente. Sin embargo, presenta bastantes lagunas y a los personajes no se les coge ningún tipo de cariño, probablemente porque el nivel actoral, como digo, deja que desear. En realidad, meterse en este tinglado es una absoluta pérdida de tiempo por dos motivos, uno de ellos lo comentaré en el spoiler.
El otro con ánimo a que el lector no se desilusiones mientras ve este entretenido telefilm es el siguiente:
Al final te das cuenta que te han contado la misma historia de siempre. Lo único que han cambiado es la narración. La niña cuyo asesinato conducirá al misterio es la que se encarga de manera bobalicona de narrarnos como fueron sus últimos días y como se desarrolla la historia de una forma infantil y precipitada.
Como lo prometido es deuda, comento el segundo gran error