"Home at Seven" es la única incursión en la dirección del gran actor británico de teatro y cine Ralph Richardson. De hecho, se trata de una adaptación al cine de una obra de teatro de R.C. Sherriff ("Journey´s End") en la que Richardson reproduce el personaje que en 1950 interpretó sobre el escenario.

La trama resulta simple y, al mismo tiempo, enrevesada con el paso de los minutos. Un amable empleado bancario, David Preston (Ralph Richardson) regresa a casa un martes a la misma hora de todos los días (7 p.m) y es recibido por su esposa (Margaret Leighton), llena de angustia. Al parecer, él no ha estado en casa la noche anterior, por lo que no lo ha visto desde que se fue a trabajar el lunes por la mañana. Solo cuando ella le muestra el periódico de ese día, él se da cuenta de que no es lunes. Resulta que David no recuerda en absoluto su paradero desde que salió del trabajo a las 5 de la tarde de la noche anterior y no es hasta que las cosas se ponen serias -con un robo y un asesinato cometido localmente durante ese período de amnesia- que él y su esposa deciden intentar averiguar con ayuda de un médico (Jack Hawkins) lo sucedido en ese espacio en blanco.

"Home at Seven" no puede negar su origen teatral y son los diálogos y las actuaciones de sus intérpretes su punto fuerte. Sin embargo la trama te engancha desde un principio situando al espectador en el debate de si el personaje principal es inocente de cualquier delito grave (como es nuestro deseo) o en la duda de su buen carácter a medida que el film avanza y van surgiendo serias sospechas sobre su conducta. A diferencia de los personajes de la mayoría de los thrillers, todos los personajes en este film actúan con absoluta naturalidad y, por tanto, parecen perfectamente reales y creíbles lo que le da un tono bastante inquietante de principio a fin.