Algunas películas de baja calidad tienen la curiosa capacidad de, aun teniendo un argumento simple y fácil de seguir, hacer que nos tiremos todo el rato pensando en las musarañas.
Así es "Clean skin", tan aburrida y mal contada que perdemos el hilo de lo que estamos viendo. Como se vea con algo de sueño o cansancio, no se consigue terminar entera sin dar alguna cabezada.
Para empezar, Sean Bean, aunque acapare el cartel, no es el protagonista principal.
La historia está contada de una forma confusa, con larguísimos "flashbacks" a destiempo que rompen el ya de por sí escaso ritmo del film.
La situación planteada de inminente ataque terrorista no da ni una pizca de emoción, pues entre la frialdad de sus personajes (y la falta de empatía con el espectador) y la poquísima acción que tiene, hace que esté no a años luz, sino a siglos, de otras producciones similares.
La banda sonora está también bastante mal.
Está salpicada de escenas de relleno que no aportan nada (Bean jugando con el conejo de peluche), así como de diálogos lentos que no hacen más que confirmar que estamos ante un film no solo de bajo presupuesto, sino claramente falto de ideas y de calidad.
Aunque hay muchas peores que ésta, lo cierto es que es una total pérdida de tiempo de principio a fin.