Esta chica de buen ver, tuvo sus 15 minutos de fama siendo una Terminator muy mala que quería matar a John Connor por tercera vez en aquella saga. Su aspecto de chica dura, sexy y letal le daba papeletas para convertirse en una nueva heroína de acción, y esa faceta es la que explota en esta serie mediocre, que no mala.
Poca suerte tuvo la actriz en su carrera, por desgracia para ella. Claro que, como androide asesina, no lo hacía mal porque solo tenía que poner cara de póquer. Pero a la hora de sacar más registros, donde no hay talento no lo hay. Pero no es aquí en “Painkiller Jane” donde está peor, que yo diría que es su mejor título después de “Terminator 3”. Es en la horrorosa “Bloodrayne” del horroroso Uwe Boll donde la chica estaba para darle un razzie doble, especialmente en la bochornosa escena de sexo.
Pero bueno, dejemos de darle caña a la Loken, y que sea ella la que dé caña a los malos genéticamente superiores de esta serie de ciencia ficción. Se trata de un producto procedimental sencillito y con pocas aspiraciones en donde un equipo de élite da caza a malos tipos con poderes, teniendo además Jane un misterioso don del que poco a poco habrá que descubrir de dónde le viene.
Es acción y ciencia ficción sin pretensiones, con cierto estilo de cómic, y donde se ven buenas intenciones de hacer algo decente, pero poco presupuesto para conseguir algo que impacte o permanezca mucho tiempo en la memoria, aparte del palmito de Kristanna. Hay demasiadas series en el mundo como para que esta destaque en ningún aspecto.
Es una de tantas, de esas series que te entretienen y vienen bien para entretenimiento ligero mientras haces gimnasia (por ejemplo), pero que tampoco entusiasma demasiado en sus 22 únicos episodios.
Puede servir para echar el rato, pero si no eres una persona a la que te sobre mucho el tiempo, no te pierdes gran cosa si no la ves.