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España España · L'Olleria ( Valencia )
Voto de Grijander:
3
Terror Una estudiante de medicina vuelve, una vez acabada su carrera, a su ciudad natal. Al poco de su llegada, se encuentra con una extrañísima situación: los jóvenes del lugar sufren una extraña fiebre. Conforme va averiguando más y más, se encuentra atrapada en algo inexplicable... (FILMAFFINITY)
29 de diciembre de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entrega número cuatro de Los chicos del maíz que da un giro al habitual desarrollo de las películas de la saga y se convierte en una película de terror más "moderna", centrada en las víctimas totalmente y sin demasiado protagonismo para los niños cabrones.

Greg Spence debuta, como sus tres predecesores en la saga, tras las cámaras. El director es responsable también de parte del guion, que se da cuenta de que no da más de sí entre los campos de maíz y que se pone a rebuscar en el pasado para encontrar una explicación (otra más) a lo que sucede con los niños, que en esta ocasión son más parecidos a los de El pueblo de los malditos que a los críos anteriores de las adaptaciones del relato corto de Stephen King. La falta de un líder en pantalla para los niños se convierte en un punto en contra en la película, pero el cambio de género, ahora mucho más centrado en los sustos con fuertes subidas de volumen, deja bien claro que la intención de los responsables de la película era, precisamente, hacer algo diferente a lo visto hasta el momento en las tres primeras películas. Los sobresaltos, pese a ser bastante barriobajeros y previsibles, están bastante conseguidos y se apoyan en una muy correcta iluminación para cumplir con su cometido.

Naomi Watts como protagonista, sobran las palabras. Su primer papel como única protagonista en Estados Unidos dejó claro que la chica iba a convertirse en poco tiempo en una de las mejores actrices de su generación y en toda una especialista en el cine de terror. La pequeña Jamie Reneé Smith está bastante correcta, aunque parece tener vergüenza de estar frente a las cámaras, sobretodo en las escenas en las que tiene más protagonismo. William Windom cumple con creces en su corto papel y Brandon Kleyla consigue acojonar sin decir una sola palabra, solamente moviéndose en el sofá y apareciendo en el horizonte muy de vez en cuando.

Resumiendo, que es gerundio: Los chicos del maíz no es una saga de mucha calidad y tal vez por eso es bastante regular. Normalmente, llegada la cuarta película, las grandes sagas ya han caído en abismos inescalables, pero en este caso Greg Spence se sirve de su imaginación para los asesinatos (la muerte en el granero, la de la camilla y la de la amiga de la protagonista son Top 10 en la saga) para conseguir algo de atractivo que oculte las muchas deficiencias del film.
Grijander
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