El debut americano de Jackie Chan llegó bajo la responsabilidad de Robert Clouse, quien ya dirigió a Bruce Lee en "Operación Dragón", junto a otras cintas menores de artes marciales posteriormente con otros actores. Esta vez, el resultado no es tan óptimo, pero sí es cierto que sirvió para que el público occidental empezara a conocer con mayor detalle los cambios que Chan sacó adelante dentro de este subgénero del cine de acción. Aquí nos encontramos con la clásica comedia ofrecida por el actor durante las peleas, con esos momentos dignos del slapstick más clásico.

Con una puesta en escena interesante, ambientando la película a finales de los años 30, nos encontramos ante un argumento sencillo, pero que no debería haber tenido problemas para resultar efectivo. Sin embargo, la película parece tener cortes abruptos y un final bastante flojo, a mi modo de ver. Lo comentaré en el spoiler pero, resumiendo, diría que la trama se pudo haber estirado algo más y haber dosificado mejor las escenas de pelea, ya que el último tramo de la cinta es de enfrentamientos constantes, sin apenas desarrollo de ciertos asuntos iniciados en el bloque central de la película.

Pese al problema narrativo, el filme es entretenido y cumple su función. La primera pelea de Chan me parece la más floja, aunque resulta curioso verle enfrentarse al mismísimo Luca Brassi de "El Padrino" (el actor Lenny Montana). El resto de enfrentamientos están bastante bien, y es que se nota que pese a ser producción americana, hubo mano de los especialistas chinos de la época. También hay buenos momentos de humor tanto de Chan, como con el personaje de Mako o la cabeza de familia mafiosa y su lenguaje soez.

Se deja ver y sirve como entretenimiento de sábado por la tarde.