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España España · Madrid
Voto de Naran:
8
Romance. Comedia Lloyd Dobler, que es muy optimista, trata de conquistar el corazón de Diane Court, la chica más guapa del instituto y, además, una excelente estudiante. Lo sorprendente para todos es que ella le corresponde. El único problema es que el posesivo padre de Diane, que está divorciado, no aprueba esa relación. (FILMAFFINITY)
9 de marzo de 2008
28 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cameron Crowe, director de la infravalorada Casi famosos y cronista de Rolling Stones debutó en 1989 con Un gran amor, meritoria, brillante e inteligente comedia romántica, juvenil y ochentera. El director, de merecido crédito gracias a Jerry Maguire y aun más merecido descrédito por encargarse de la versión americana de Abre los ojos o el reciente descalabro llamado Elizabethtown, sabía como hacer una buena comedia romántica. Lástima que después se le olvidara.
Es cierto que la historia no es precisamente un alarde de originalidad (perdedor-se-enamora-de-la-chica-más-lista-y-guapa-de-la-clase), y que está llena de tópicos. Pero si Un gran amor se diferencia en algo de sus congéneres de la década, es por utilizar gestos y silencios en lugar de palabras. O por reflejar las cosas cotidianas de la vida, aquellas simplicidades a las que más nos aferramos. Lo que podría parecer otra simple vuelta de tuerca al tema de la pareja despareja se convierte en una historia sensible, en la que no hay arquetipos sino gente de carne y hueso.
Ione Skye es Diane, la tradicional chica cautivadora que todas las chicas alguna vez hemos querido ser. Encantadora, coqueta, dulce, y lo mejor: tiene al protagonista colado por ella. John Cusack, tímido y torpón, pero, ¿cómo no enamorarse de ese chico que hace los mil y un esfuerzos por conquistarla? Lloyd Dobler está hecho un mar de líos, lo único que sabe es lo que no quiere hacer (estupenda la escena en la que expresa las infinitas maneras en las que no quiere vender ni procesar nada), y aunque diga que le gustaría probar suerte con el kickboxing, en el fondo entiende que las patadas no van a llevarlo muy lejos. Bueno, sí sabe algo más: quiere invitar a salir a Diane Court, que es inalcanzable. Y no precisamente por ser una despampanante rubia animadora y popular. John Mahoney (Frasier), severo padre e incipiente estafador, el principal escollo en la relación. Las amigas de Lloyd -como Lili Taylor- aportan el punto necesario de drama o de comedia, según conviene y avanza la película.
La película entera está repleta de momentos inolvidables. ¿Cómo olvidar esa escena en que él se ubica bajo la ventana de ella, sujetando uno de esos armatostes -las radios portátiles de esa época- sobre su cabeza, dedicándole In Your Eyes, de Peter Gabriel, a todo volumen? Las cosas que uno a esa edad cree que van a pasar…. “En tus ojos están la luz, la solución a todas las búsquedas” y que a pesar de irse siempre vuelve al lugar donde “tú estás”... Romeo y Julieta en estado puro.
Recordad la primera fotografía que se hacen juntos. El final de la fiesta, cuando la toma en sus brazos para que no pise los vidrios desperdigados por la calle. O las lecciones de coche. Lloyd es el hombre más paciente al momento de enseñarle a una mujer a conducir... de la historia. Aquella memorable frase: Ella me regaló un bolígrafo. Yo le dí mi corazón, y ella me regaló un bolígrafo.
Me falta espacio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Naran
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