Brian Levant, director de grandes clásicos como 'Beethoven', 'Un padre en apuros' o 'Los Picapiedra', firma de nuevo otra película de corte familiar protagonizada esta vez por Jackie Chan, una madre de muy buen ver, tres niños repelentes (requisito indispensable) y unos villanos con el sentido del ridículo por los suelos.

La película no ofrecía muchas garantías y un quinteto de razones negativas se apoderaba de ella antes de atreverme con su visionado. Primero por el tráiler y darme cuenta de cómo Jackie Chan se ha convertido con el paso del tiempo en un juguete roto, en una caricatura de sí mismo, y de paso, en preguntarme por qué encadena fracasos uno detrás de otro. Segundo por el cartel, calco de la bochornosa saga 'Spy Kids' de Robert Rodriguez. Sobran comentarios. Tercero, por ver en el reparto a Billy Ray Cyrus (el papaito de Miley Cyrus). De nuevo sobran comentarios. La cuarta razón es que se parecía peligrosamente a 'The Pacifier', la cinta de Disney interpretada por Vin Diesel. Y por quinta, que últimamente, cuando un título en nuestro país lleva la palabra "canguro", algo malo se cuece en él... ¿no me creéis? A las pruebas me remito: las dos de 'Papá canguro', 'Un Canguro superduro', 'Dos canguros muy maduros', 'Canguro Jack', etc.

Y es que, ¿quién no quiere ver hostias puras cuando vemos a Jackie Chan en escena? Quizá pida demasiado, no sé, pero que al menos hubiesen sumergido al espectador en un caudal de aventuras, acción y humor. Lo que yo no quiero, y es lo que se ve en la cinta, es ver todo el rato a Jackie Chan de un lado para otro con los críos sin que haya peleas ni entretenimiento. Del guión ni hablo. Tampoco me apetece verle fardando de mil gadgets (que después son usados al final, qué coincidencia), ni enseñando a los niños lecciones morales sobre el respeto y la familia. He de decir a favor de Jackie, que ofrece a ráfagas su mejor versión con lo que mejor sabe hacer: jugar con el mobiliario mientras atiza a los malos malotes. Tiene hasta golpes buenos en los que hasta me he echado alguna risa que otra. Sartenazos, "sillazos" e incluso "bicicletazos" al servicio del espectador.

Al fin y al cabo, recordemos en todo momento que es una película destinada a los que aún no tienen pelos ahí abajo, por lo tanto, es a ellos a los que tiene que gustar. Desde luego que a mí no me ha gustado, porque, como ya dije antes, le sobra mucha cursilería y le falta más aventura. Además, y ya de paso, creo que tampoco me va a gustar su próxima incursión, que no es otra que en el remake de 'Karate Kid' ni más ni menos. Se me ponen los pelos de punta del miedo que me va a dar cuando la vea. ¡Que Dios nos coja confesados!