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España España · Madrid
Voto de Razzo:
10
Comedia Tato Montini, un popular presentador radiofónico muy consciente de la importancia del pene, decide donar su espectacular miembro cuando muera. Pero, cuando llega al cielo, descubre que tanto allí como en el infierno, el pene es algo muy importante para entretenerse durante toda la eternidad. (FILMAFFINITY)
15 de noviembre de 2010
11 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé qué he hecho durante toda mi vida, sin haber visto esta magna obra. Solo un necio pasaría por alto este filme en su bagaje vital. En este guión colabora Pajares, y se nota, por las referencias a Gritos y susurros (Viskningar och rop) y El rostro (Ansiktet), entre otros títulos notables de Bergman sobre el silencio de Dios. No se trata de una relación puramente temática, sino también estética (predomina el primer plano, algo ya elevado al máximo exponente de la expresión por Ramón Fernández en su otra obra maestra "La insólita y gloriosa hazaña del cipote de Archidona").
Una película sensible, que reflexiona sobre verdades inherentes al ser humano, con sobriedad y estilo, sin por ello obviar el manierismo en la puesta en escena propio de Fernández, conocido discípulo de Visconti. Viéndola, no he podido evitar emocionarme. El metraje va subiendo en intensidad, atrapando irremisiblemente al espectador en un torbellino de sensaciones inenarrables. He de decir que hasta he soltado alguna lagrimilla, conmocionado ante las dudas profundas e insoslayables de los protagonistas (con raigambre en Albert Camus e incluso en Boris Vian).
Y qué decir del reparto. Pajares se supera, su interpretación (más bien debería decir "intensa recreación") alcanza cotas que pocas veces he podido disfrutar. El olvido a la que se la sometió en los principales palmareses es una muestra más de la ceguera de la crítica internacional ante todo lo producido en nuestro país. Saza y Silvia Marsó... en fin, cualquier halago no les hace justicia.
En fin, una película emocionante, fluida, entretenida, a la par que profunda, culta e insólita. Fernández habla alto y claro: su cine es un grito en el desierto, una llamada a la comunión con lo más noble de nuestro espíritu, un proyecto rebelde e independiente, que a buen seguro tocará la fibra sensible de cualquier espectador que tenga la buena fortuna de acercarse a esta obra maestra absoluta. Qué más puedo añadir. Que vaya gozada de película (qué digo, de peliculón). A partir de ahora, veré el cine de otra manera. El filme ha llegado a lo más alto de mi particular podio cinematográfico.

La recomiendo vivamente. Véanla, a ser posible acompañados de su familia. Les aseguro que no les decepcionará.
Razzo
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