Al principio la cosa promete, de hecho hay un puñado de buenas ideas que esperan ser explotadas, pero desgraciadamente nunca ocurre, Matrix te pone al borde, cada vez que la peli, se va a poner interesante, de pronto se va por otro lado, el lado más cochambroso, denso y aburrido que se pueda uno imaginar.

Neo, vuelve como reputado diseñador de juegos de video, sus videojuegos de la Matrix son un éxito, es una celebridad, pero ahora sus jefes le piden que les haga una secuela, con la amenaza de que si no lo hace le será rescindido su contrato, Neo, acepta, a pesar de que ya tiene sus propios problemas, como el de ir a un psicoanalista periódicamente, pues de tanto estar inmerso en ese mundo ficticio ,le hace difícil distinguir a veces, entre fantasía y realidad.

Esta primera parte sugiere muchas cosas, un ejercicio de metacine, tal vez Lana Watchoski se traiga una sorpresa bajo el brazo, algo que justifique la resurrección de la franquicia, pero no hay tal, esto es una idea que queda suelta, es un punto de partida interesante, es como aquella película de Wes Craven donde hacía un brillante ejercicio con el personaje de Freddy Kruger, pero aquí es un desperdicio.

Lo que sigue es una inmundicia de proporciones bíblicas: