Y eso es lo que han echo, en lugar de intentar emular a su antecesora han seguido por otra senda.
El director Sheldon Wilson viendo los pocos recursos que tenia a su alcance ha apostado por más sangre, más disparos y más personajes por planos y desechables que sean.

Ese es uno de sus fallos, en esta ocasión los personajes están faltos de carisma, pero se lo perdonas pues como en toda buena película de terror, si no molas, mueres, y aquí esa ley no escrita se lleva a rajatabla.

Los efectos especiales están logrados y en contadas ocasiones consigue angustiarte de tal manera que estas deseando que termine esa parte de la película.

Pero desgraciadamente la faltan mas cosas que buenos actores, y es ese trasfondo ético de la primera, y sobretodo el gran Peter Weller que hizo un papel en el que su personaje desprendía sabiduría en formato old school.

La casco un 4.