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España España · Palma (Mallorca)
Voto de Miquel:
8
Cine negro. Thriller Un hombre (Bogart) que ha sido injustamente encarcelado por el asesinato de su mujer escapa de la prisión con la intención de probar su inocencia. Una atractiva desconocida (Bacall) le presta ayuda, porque su padre también fue víctima de un error judicial. (FILMAFFINITY)
1 de septiembre de 2005
77 de 86 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es la tercera película que ruedan juntos los dos protagonistas, tras "Tener y no tener" (1944) y "El sueño eterno" (1946). Escrita y dirigida por Delmer Daves, se basa en una novela del gran David Goodis.

La acción se localiza en San Francisco y sus alrededores. Un hombre inocente, condenado erroneamente por el asesinato de su esposa, Vincent Parry (H. Bogart), se fuga de la prisión de San Quintín con el doble propósito de averiguar quién fue el autor del crimen por el que fue condenado y rehacer su vida. La película no muestra el rostro del protagonista hasta transcurridos los primeros 61 minutos de metraje. Entretanto se hace uso de la "cámara subjetiva", consistente en que ésta se sitúa en el interior del personaje y muestra sólo lo que él ve, piensa, dice y oye.

El encuentro con Irene Jansen (L. Bacall) y el romance que se establece entre Vincent y ella destilan un clima de sinceridad, veracidad y credibilidad pocas veces superado en el cine. Secuencias culminantes del film son la que muestra a Vincent e Irene, situados uno junto al otro, mirando en el espejo, que ocupa casi toda la pantalla, el resultado de la operación; la pelea entre Vincent/Alan y el chantajista junto al mar y bajo la imagen inmensa del Golden Gate; y la huída de Bogart por la escalera de incendios del edificio que entonces era el más alto de San Francisco. La fotografía corre a cargo del notable Sidney Hickox ("Tener y no tener", "Al rojo vivo"), que hace un uso excelente de la cámara, con secuencias largas y estáticas, junto a otras en las que mueve el objetivo suavemente para mantener la imagen centrada con precisión. Superpone imágenes y las multiplica para explicar los delirios del sueño de Vincent. El director de la música es Franz Waxman, especializado en composiciones cinematográficas ("El crepúsculo de los dioses", "Rebeca", "Un lugar en el sol"). Se sirve de trompetas, instrumentos de viento acompañados de cuerdas, y percusión suave, en melodías que crean sensaciones de intimidad, temor, alegría. El guión es el elemento más débil de la obra: la poca verosimilitud de algunas situaciones y saltos en la explicación de algunos hechos, abonan esta valoración. Los diálogos están muy bien construídos. El punto más fuerte de la película viene dado por las interpretaciones sobresalientes de Bogart y Bacall, llenas de magnetismo y seducción. Destaca la intervención de Agnes Moorehead en el papel de la villana Magde Rapf.

Obra emblemática del cine negro americano de Postguerra, que resulta interesante, abosorbente y entretenida. Incorpora elementos de thriller y de romance. Imprescindible para los amantes del cine de Bogart y Bacall.
Miquel
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