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Voto de Miquel:
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Cine negro. Thriller
El pequeño Tommy Woodry es un niño de nueve años muy aficionado a contar mentiras, así que el día en que es testigo del asesinato que cometen sus vecinos nadie le cree, excepto los asesinos, que a partir de ese momento intentarán deshacerse de él. (FILMAFFINITY)
8 de abril de 2009
33 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pequeña obra maestra de serie B realizada por Ted Tetzlaff (1903-1995). El guión, de Mel Dinelli (“La escalera de caracol”, Siodmak, 1946), adapta el relato breve “The Boy Who Cried Murder” (1947), de Cornel Woolrich, más conocido por su pseudónimo William Irish. Dicho relato constituye una versión moderna de la fábula “El pastor mentiroso y el lobo”, también titulada “Pedro y el lobo”, de Esopo (s VII ANE). Se rueda en escenarios reales de NYC, con un presupuesto modesto, de serie B. Es nominado a 1 Oscar (edición) y el actor infantil recibe un Oscar especial de la Academia. Producido por Frederic Ullman Jr. y Dore Schary para RKO, se estrena el 6-VIII-1949 (NYC, NY).
La acción dramática tiene lugar en el “Lower East Side” de NY, el barrio obrero por antonomasia de la ciudad, a lo largo de una jornada de menos de 24 horas, de un caluroso día del verano de 1949. Tommy Woodry (Driscoll), de 9 años, es hijo único de Ed (Kennedy) y Mary Woodry (Hale). El padre trabaja de noche y la madre cuida de la casa. Él disfruta de las vacaciones de verano, por lo que dispone de mucho tiempo para jugar con los niños del barrio y, también, solo. Le gusta moverse en un edificio próximo, vacío y abandonado a causa de su estado ruinoso. En este edificio tiene un rincón montado a su gusto junto a una ventana que le permite advertir cuándo los niños del lugar se reúnen para jugar. Tommy es extrovertido, vivaz, desenvuelto, dicharachero y fantasioso.
El film suma drama, cine negro, suspense y thriller. Consta de dos partes diferenciadas: en la primera se actualiza la fábula de Esopo y en la segunda se desarrolla una acción trepidante que suma una huida y dos persecuciones. Unos criminales persiguen al que trata de huir y la policía persigue a los criminales. El ritmo narrativo es fluido, sostenido e intenso. Los lances de la acción se suceden sin interrupción y sin dar oportunidades a la distracción.
La narración se presenta bien construida y estructurada con coherencia y eficacia. Nada de lo que se muestra es gratuito: todo tiene sentido o lo adquiere a lo largo del metraje, incluido el edificio ruinoso. El estilo es preciso, sobrio, conciso y claro. El film adopta el punto de vista del niño, que mira las cosas y los hechos con una ingenuidad e inocencia, propias de su edad, que cautivan el ánimo del espectador y le convierten en cómplice del mismo. La identificación con el niño implica, en esta ocasión, que el espectador hará suyos los sentimientos, emociones y deseos de Tommy, que son muchos y muy fuertes. Está especialmente bien construido el ambiente de incomprensión, soledad, inseguridad y desamparo que embarga el ánimo de Tommy en la segunda parte del film.
(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
La acción dramática tiene lugar en el “Lower East Side” de NY, el barrio obrero por antonomasia de la ciudad, a lo largo de una jornada de menos de 24 horas, de un caluroso día del verano de 1949. Tommy Woodry (Driscoll), de 9 años, es hijo único de Ed (Kennedy) y Mary Woodry (Hale). El padre trabaja de noche y la madre cuida de la casa. Él disfruta de las vacaciones de verano, por lo que dispone de mucho tiempo para jugar con los niños del barrio y, también, solo. Le gusta moverse en un edificio próximo, vacío y abandonado a causa de su estado ruinoso. En este edificio tiene un rincón montado a su gusto junto a una ventana que le permite advertir cuándo los niños del lugar se reúnen para jugar. Tommy es extrovertido, vivaz, desenvuelto, dicharachero y fantasioso.
El film suma drama, cine negro, suspense y thriller. Consta de dos partes diferenciadas: en la primera se actualiza la fábula de Esopo y en la segunda se desarrolla una acción trepidante que suma una huida y dos persecuciones. Unos criminales persiguen al que trata de huir y la policía persigue a los criminales. El ritmo narrativo es fluido, sostenido e intenso. Los lances de la acción se suceden sin interrupción y sin dar oportunidades a la distracción.
La narración se presenta bien construida y estructurada con coherencia y eficacia. Nada de lo que se muestra es gratuito: todo tiene sentido o lo adquiere a lo largo del metraje, incluido el edificio ruinoso. El estilo es preciso, sobrio, conciso y claro. El film adopta el punto de vista del niño, que mira las cosas y los hechos con una ingenuidad e inocencia, propias de su edad, que cautivan el ánimo del espectador y le convierten en cómplice del mismo. La identificación con el niño implica, en esta ocasión, que el espectador hará suyos los sentimientos, emociones y deseos de Tommy, que son muchos y muy fuertes. Está especialmente bien construido el ambiente de incomprensión, soledad, inseguridad y desamparo que embarga el ánimo de Tommy en la segunda parte del film.
(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La obra se relaciona con las consecuencias del impacto que provoca en Hollywood el estreno del film “Alemania, año cero” (Rossellini, 1947). “Ángeles perdidos” (Zinneman, 1947), “El muchacho de los cabellos verdes” (Losey, 1947), “La ventana” y otros, se realizan en estos años como respuesta plural y diversa de Hollywood a la obra de Roberto Rossellini. Por otro lado, el film se relaciona con “La ventana indiscreta” (Hitchcock, 1954): los guiones de ambos films desarrollan relatos breves del mismo autor (Cornel Woolrich), en ambos se crean situaciones de suspense y thriller, el realizador de “La ventana” fue colaborador de Hitchcock y coinciden parcialmente los títulos de ambos films.
La interpretación de Bobby Driscoll (1937-1968) en el papel de niño es acertada y convincente. Son notables las intervenciones de Paul Stewart y Ruth Roman, ésta en un conseguido papel de hermosa y deslumbrante mujer fatal. Tiene un breve papel Arthur Kennedy, que más adelante llega a ser famoso secundario.
Ted Tetzlaff, formado como cámara de cine y acreditado como director de fotografía ("Encadenados", 1946), realiza 14 largometrajes. "La ventana" es el quinto de su filmografía y está considerado como su mejor trabajo. Consigue en él una suma de aciertos de guión, fotografía, interpretaciones, banda sonora, intensidad, ritmo, metraje y estilo, que lo convierten en una pequeña joya cinematográfica.
Son escenas destacadas la persecución por las escaleras, las acciones paralelas en el mismo edificio de Ed Woodry y Joe Kellerson sin que se lleguen a encontrar, la declaración espontánea de Tommy en la comisaría del barrio, el pacto de Tommy con su padre, la discreta e inteligente presencia de Ed y Mary en el escenario final, la intervención de los bomberos, la secuencia inicial, etc.
La banda sonora, dirigida por Roy Webb (“La escalera de caracol”), ofrece una partitura de composiciones funcionales, que combinan ritmos acelerados, pausas y desaceleraciones. Predominan las notas graves y profundas de viento, contrabajo y piano. La orquesta reúne instrumentos de cuerda, viento, percusión y piano. La fotografía, dirigida por Robert De Grasse y William O. Steiner, en B/N, construye una habilidosa, cuidada y gratificante narración visual, con un uso bien ordenado de movimientos de grúa, planos picados y contrapicados, encuadres de detalle y generales, desplazamientos y planos fijos, etc. Destaca la cuidada e imaginativa iluminación. Acusa claras influencias expresionistas.
Magnífica película, pequeño clásico del cine de suspense.
La interpretación de Bobby Driscoll (1937-1968) en el papel de niño es acertada y convincente. Son notables las intervenciones de Paul Stewart y Ruth Roman, ésta en un conseguido papel de hermosa y deslumbrante mujer fatal. Tiene un breve papel Arthur Kennedy, que más adelante llega a ser famoso secundario.
Ted Tetzlaff, formado como cámara de cine y acreditado como director de fotografía ("Encadenados", 1946), realiza 14 largometrajes. "La ventana" es el quinto de su filmografía y está considerado como su mejor trabajo. Consigue en él una suma de aciertos de guión, fotografía, interpretaciones, banda sonora, intensidad, ritmo, metraje y estilo, que lo convierten en una pequeña joya cinematográfica.
Son escenas destacadas la persecución por las escaleras, las acciones paralelas en el mismo edificio de Ed Woodry y Joe Kellerson sin que se lleguen a encontrar, la declaración espontánea de Tommy en la comisaría del barrio, el pacto de Tommy con su padre, la discreta e inteligente presencia de Ed y Mary en el escenario final, la intervención de los bomberos, la secuencia inicial, etc.
La banda sonora, dirigida por Roy Webb (“La escalera de caracol”), ofrece una partitura de composiciones funcionales, que combinan ritmos acelerados, pausas y desaceleraciones. Predominan las notas graves y profundas de viento, contrabajo y piano. La orquesta reúne instrumentos de cuerda, viento, percusión y piano. La fotografía, dirigida por Robert De Grasse y William O. Steiner, en B/N, construye una habilidosa, cuidada y gratificante narración visual, con un uso bien ordenado de movimientos de grúa, planos picados y contrapicados, encuadres de detalle y generales, desplazamientos y planos fijos, etc. Destaca la cuidada e imaginativa iluminación. Acusa claras influencias expresionistas.
Magnífica película, pequeño clásico del cine de suspense.