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Voto de Miquel:
8
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Comedia
Un grupo de mujeres de la clase alta pasa la mayor parte del día entre salones de belleza y tiendas de ropa, siempre murmurando, con cotilleos y rumores. De repente, una de ellas descubre que su marido se ve a escondidas con una dependienta. Esta situación provoca un escándalo entre sus amigas, produciéndose diversas situaciones de celos, envidias y rumores. (FILMAFFINITY)
27 de octubre de 2008
31 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los films más reconocidos de los realizados por George Cukor durante su etapa en la MGM. El guión de Anita Loos y Jane Murfin adapta la obra de teatro “The Women” (1936), de Clara Boothe Luce, que tuvo gran éxito en Broadway. Se rueda en los platós de MGM Studios (Culver City, CA). Producido por Hunt Stromberg para MGM, se estrena el 1-IX-1939 (EEUU).
La acción dramática tiene lugar en NYC, Reno y en el trayecto en tren entre ambas localidades. Incluye escenas separadas por 2 años (1937-39). Mary Haines (Shearer), felizmente casada y madre de una niña, la pequeña Mary (Weidler), es la última en enterarse que su marido se entretiene con la dependienta de una tienda de cosméticos, Crystal Allen (Crawford). Forman parte, además, del grupo de amigas Peggy Day (Fontaine), Edith Potter (Povah), la condesa Flora (Boland), Miriam Aarons (Goddard), la columnista Dolly Depuyster (Hopper). Mary es ingenua, romántica, virtuosa, simpática y sufrida. Sylvia Fowler (Russell) es chismosa, liante, venenosa y astuta. Crystal Allen es desvergonzada, insolente e interesada. Flora, de más de 50 años, divorciada de 4 maridos, es muy rica y aficionada a los hombres jóvenes. Miriam es sensata y muy atractiva. Dolly es curiosa y entrometida.
El film suma comedia y drama. Desarrolla una historia de cotilleos, murmuraciones, disputas y peleas, protagonizada por mujeres casadas, viudas y divorciadas de la alta sociedad de NYC, que se mueven en torno de Park Avenue (boutiques, perfumerías, salones de belleza, sombrererías...) durante los últimos años de la década de los 30 del s XX. Construye una aguda, festiva y elegante sátira de la vida y costumbres de las mujeres neoyorquinas adineradas de los años que precedieron a la IIGM.
Añade una divertida parodia de tópicos femeninos, como la afición a los salones de belleza, las compras de perfumería, la preocupación por la moda en el vestir, las conversaciones sobre los hombres, los cotilleos sobre la vida sentimental de conocidos y famosos, etc. La parodia se extiende a las nuevas costumbres (práctica de la equitación, la pesca...). Incluye los rasgos contemporáneos de pertenencia a la alta burguesía (beber jerez, tener servicio doméstico, disfrutar de 15 días al año de vacaciones estivales en el extranjero...). Presta especial atención a las costumbres sexuales del colectivo (infidelidades, parejas inestables...). Con singular delicadeza muestra la existencia natural de la homosexualidad femenina.
La cinta está protagonizada sólo por mujeres (actrices principales, de reparto y figurantes suman 135). La realización corre a cargo de un inspirado George Cukor, especialista reconocido en la dirección de actrices.
La acción dramática tiene lugar en NYC, Reno y en el trayecto en tren entre ambas localidades. Incluye escenas separadas por 2 años (1937-39). Mary Haines (Shearer), felizmente casada y madre de una niña, la pequeña Mary (Weidler), es la última en enterarse que su marido se entretiene con la dependienta de una tienda de cosméticos, Crystal Allen (Crawford). Forman parte, además, del grupo de amigas Peggy Day (Fontaine), Edith Potter (Povah), la condesa Flora (Boland), Miriam Aarons (Goddard), la columnista Dolly Depuyster (Hopper). Mary es ingenua, romántica, virtuosa, simpática y sufrida. Sylvia Fowler (Russell) es chismosa, liante, venenosa y astuta. Crystal Allen es desvergonzada, insolente e interesada. Flora, de más de 50 años, divorciada de 4 maridos, es muy rica y aficionada a los hombres jóvenes. Miriam es sensata y muy atractiva. Dolly es curiosa y entrometida.
El film suma comedia y drama. Desarrolla una historia de cotilleos, murmuraciones, disputas y peleas, protagonizada por mujeres casadas, viudas y divorciadas de la alta sociedad de NYC, que se mueven en torno de Park Avenue (boutiques, perfumerías, salones de belleza, sombrererías...) durante los últimos años de la década de los 30 del s XX. Construye una aguda, festiva y elegante sátira de la vida y costumbres de las mujeres neoyorquinas adineradas de los años que precedieron a la IIGM.
Añade una divertida parodia de tópicos femeninos, como la afición a los salones de belleza, las compras de perfumería, la preocupación por la moda en el vestir, las conversaciones sobre los hombres, los cotilleos sobre la vida sentimental de conocidos y famosos, etc. La parodia se extiende a las nuevas costumbres (práctica de la equitación, la pesca...). Incluye los rasgos contemporáneos de pertenencia a la alta burguesía (beber jerez, tener servicio doméstico, disfrutar de 15 días al año de vacaciones estivales en el extranjero...). Presta especial atención a las costumbres sexuales del colectivo (infidelidades, parejas inestables...). Con singular delicadeza muestra la existencia natural de la homosexualidad femenina.
La cinta está protagonizada sólo por mujeres (actrices principales, de reparto y figurantes suman 135). La realización corre a cargo de un inspirado George Cukor, especialista reconocido en la dirección de actrices.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La obra apuesta por el amor monógamo y la familia, explica que conviene a la mujer no fiarse de las amigas, aconseja posturas activas frente a las amenazas del grupo, desaconseja la ingenuidad y la excesiva buena fe, recomienda que en la pareja el amor prevalezca sobre el orgullo y el resentimiento y exalta la amistad femenina. Aporta un interesante retrato social de la mujer occidental acomodada de antes de la IIGM.
La narración se asienta sobre diálogos abundantes, múltiples personajes, una definición consistente de caracteres, un ritmo rápido, una fastuosa puesta en escena y unas interpretaciones excelentes, entre las que destacan la simpática actuación de Shearer y la cómica entrega de Russell. El humor se apoya en referencias picantes, situaciones absurdas, enfrentamientos hilarantes (tensión entre Mary y Cristal), ocurrencias divertidas y peleas que en ocasiones llegan a la agresión física. Son escenas memorables la delicioso combate pugilístico de Miriam y Sylvia, el relato que hace la criada de la pelea verbal de Mary y Stephen, la descripción del salón de belleza y sus múltiples actividades, etc.
La música, de David Snell y Edward Ward, aporta composiciones de acompañamiento románticas (violines), alegres (jazz de ritmo rápido) y alocadas (viento). Añade canciones ajenas, como “Forevermore” (coro final) y algunas melodías tarareadas por las protagonistas (“Please Don’t Talk About Me When I’m Gone”, a cargo de Shearer y doblada). La fotografía, de Oliver T. Marsh y Joseph Rutemberg, crea notables planos secuencia, planos de media y larga distancia, planos picados y planos generales de gran dinamismo. Refuerza la comicidad con abundante humor visual (ejercicios gimnásticos de Sylvia, pelea de dos caniches...).
La película conserva gran parte del vigor inicial. La frescura e intensidad de las interpretaciones y la eficacia de la dirección hacen de ésta una obra disfrutable y notable.
La narración se asienta sobre diálogos abundantes, múltiples personajes, una definición consistente de caracteres, un ritmo rápido, una fastuosa puesta en escena y unas interpretaciones excelentes, entre las que destacan la simpática actuación de Shearer y la cómica entrega de Russell. El humor se apoya en referencias picantes, situaciones absurdas, enfrentamientos hilarantes (tensión entre Mary y Cristal), ocurrencias divertidas y peleas que en ocasiones llegan a la agresión física. Son escenas memorables la delicioso combate pugilístico de Miriam y Sylvia, el relato que hace la criada de la pelea verbal de Mary y Stephen, la descripción del salón de belleza y sus múltiples actividades, etc.
La música, de David Snell y Edward Ward, aporta composiciones de acompañamiento románticas (violines), alegres (jazz de ritmo rápido) y alocadas (viento). Añade canciones ajenas, como “Forevermore” (coro final) y algunas melodías tarareadas por las protagonistas (“Please Don’t Talk About Me When I’m Gone”, a cargo de Shearer y doblada). La fotografía, de Oliver T. Marsh y Joseph Rutemberg, crea notables planos secuencia, planos de media y larga distancia, planos picados y planos generales de gran dinamismo. Refuerza la comicidad con abundante humor visual (ejercicios gimnásticos de Sylvia, pelea de dos caniches...).
La película conserva gran parte del vigor inicial. La frescura e intensidad de las interpretaciones y la eficacia de la dirección hacen de ésta una obra disfrutable y notable.