En los años 50 y 60 fueron llevados al cine, por una productora alemana, una serie de títulos de Edgar Wallace, que era -para entendernos- como la Agatha Christie de principios del siglo XX Fueron la serie de películas que se conocieron, en conjunto, como Krimi.

Sus novelas estaban mejor relatadas que las de Christie, cierto, pero su pase al cine, con los 90 minutos de límite, hace de estas películas un carnaval de idas y venidas, de vueltas y revueltas, con poca credibilidad. (spoiler)

Christopher Lee "roba planos" en un personaje delicioso, con sus proverbios chinos... hasta que se hace cargante con su omnipresencia.