Continuación de las aventuras cinematográficas del mítico (y para siempre activo, me temo) Dr. Who, en relación a su denodada y determinante lucha contra los malvados Daleks, que un año antes, y con bastante mejor fortuna, todo hay que decirlo, estrenaron en las pantallas de todo el mundo ("El Dr.Who y los Daleks").
Recuerdo que la mágica visión del primigenio filme en el cine Burtzena, Barakaldo (Bizkaia) cuando era un mocoso, en compañía de mi aita, gran aficionado al cine de ciencia ficción, contribuyó tanto a mi gran amor al cine como a dicho simpatiquísimo género.
Sin embargo, en esta ocasión, y viendo esta continuación por televisión el 17 de diciembre de 2018, no he sentido lo mismo. Primero por ser yo más mayor, segundo por verla no en cine sino en televisión y tercero, y principalmente, porque esta segunda aventura tempo/espacial, es de, claramente, bastante menor calidad que la primera.
Aquí se pasa el rato, pero a veces es un tanto repetitiva y el humor no es tan grato, aunque la escena en la que el siempre eficaz y divertido Bernard Cribbins, se mezcla con una patrulla de seres humanos robotizados por los malvados Daleks, tiene verdadera gracia, sobre todo cuando se sienta con ellos para comer.
Pero el resto es un ir y venir de aquí para allá, escaramuzas con luchas de guerrillas y, lo mejor su dirección artística de los interiores de la nave espacial, que tampoco es para echar cohetes, pero se nota el cariño puesto en la empresa.
No, no es que sea aburrida la peli, pero tampoco emociona ni aporta nada especial al género.
Se ve y olvida de la misma.

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