Melodrama no demasiado competente aunque fácil de ver (y más fácil de olvidar), a cargo de un William A. Wellman que indudablemente demuestra su elegancia formal y sentido del equilibro en la puesta en escena, pero que queda muy lejos de sus mejores obras.
No aburre y es que, a pesar de que por su argumento podría haber sido una película río, lo cierto es que sabe condensar en justamente hora y media, la historia de Viña Delmar.
Una historia que sobre todo de amor a tres bandas, con una mujer enamorada capaz de sacrificarse por su amado, a pesar de que esto signifique vivir alejado de él.
Todo ello narrado con tranquilidad, sin ninguna estridencia, y claramente sustentada por la gran labor de su trío protagonista, sobre todo por la gran Barbara Stanwyck, por cierto bien caracterizada de mujer centenaria.
Buenos "secundarios" y un saber hacer del viejo Hollywood, que siempre se agradece en estos tiempos de estridencias de todo tipo.

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