Una vez más una interesante película española se desinfla al final. Esta peli es sencilla, discreta, pasó por nuestras carteleras sin pena ni gloria, y no está nada mal, pero el final es malo con narices, se quedan muchas cosas sin explicar, sin sentido, como ocurre, por ejemplo con el amigo de nuestro protagonista o con la reacción de éste ante lo que ha pasado entre su novia y el personaje de Grandinetti, quien haya visto la peli sabrá de lo que hablo. Hasta ese momento, el film me gustó, sobre todo por las interpretaciones de sus protagonistas, un Darío Grandinetti al que descubrí hace ya unos cuantos años en la telenovela argentina "Rosa de lejos", un actor como la copa de un pino, con una presencia en pantalla y una voz impresionantes. Aquí está perfecto, le da un toque misterioso y canalla a su personaje. Por otra lado, un Alex González guapo, tierno y creíble, un actor que me ha gustado mucho, que me cae bien, y al que le deseo una próspera carrera cinematográfica. Por parte de las féminas me he encontrado a una correcta Maru Valdivielso y una interesante Laura Aparicio, una actriz a la que seguiré la pista. Sin embargo, Eva Marciel no me ha gustado nada, sosa y falta de naturalidad. También aparece mi paisano Pepo Oliva en el papel de entrenador de boxeo, un actor un poco infravalorado. Merece la pena un visionado pero podía haber sido mucho más.