La película empieza muy bien, se presenta interesante y algo distinta, por ser un tema poco tratado en el nuevo cine español, pero se va desinflando hasta llegar a una parte final ridícula. Si tiene algo más que positivo es la posibilidad de descubrir nuevas caras dentro del panorama cinematográfico patrio, algunas de ellas muy interesantes. Natalia Verbeke se asemeja aquí a lo que se supone que es una actriz convincente, mucho mejor que en El otro lado de la cama, único trabajo suyo visto por mí hasta la fecha. Daniel Guzmán está muy bien, gusta verle en otro rol tan diferente al de chico amable y simpático al que nos tiene acostumbrados, y sale airoso. Además, no tiene ningún pudor a la hora de aparecer desnudo. El descubrimiento más notable por mí parte es el de la colombiana Juana Acosta, esposa del actor Ernesto Alterio, muy conocida en su país pero que aquí se va labrando poco a poco un hueco en el cine español, es de lo mejorcito del film. También me quedo con la naturalidad de María Vázquez y Marián Álvarez. Zay Nuba no está mal, pero no me ha parecido tan natural.