Media votos
6,0
Votos
6.085
Críticas
2.214
Listas
17
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de floïd blue:
7
20 de abril de 2023
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
De las películas anteriores de Tony Randall habría que destacar las tres coprotagonizadas por Rock Hudson y Doris Day que junto con el mismo Tony Randall son una trilogía dignas de tener en cuenta. Es al menos curioso encontrarse ahora a Tony Randall de protagonista absoluto caracterizado de Poirot, rapado el pelo para pasar por medio calvo y con narices de pega.
La película es una broma sobre la novela Los crímenes del alfabeto y no hay que buscar fidelidad a la obra de Agatha Christie porque no hace falta. Es una comedia con buenos golpes humorísticos en la que destaca Robert Morley y, como siempre en este tipo de films, la flemática policía inglesa. Robert Morley es del auténtico servicio secreto, el bueno, de cuando los agentes estaban adscritos al ministerio de Agricultura para disimular, y la policía con el inspector jefe aporta igualmente el estilo socarrón del buen humor inglés que nunca falla cuando hay que retratar a Scotland Yard. Y aunque sea en dosis mínimas, ya vale más la pena que muchas películas de cachondeo continuo más actuales.
Poirot, belga, repudia que le tomen por policía, se dirige a él mismo en tercera persona y tiene más flema que cualquier británico. No es para enmarcar pero no está mal, tan solo criticar un poco las apariciones de Anita, sin encanto alguno.
La película es una broma sobre la novela Los crímenes del alfabeto y no hay que buscar fidelidad a la obra de Agatha Christie porque no hace falta. Es una comedia con buenos golpes humorísticos en la que destaca Robert Morley y, como siempre en este tipo de films, la flemática policía inglesa. Robert Morley es del auténtico servicio secreto, el bueno, de cuando los agentes estaban adscritos al ministerio de Agricultura para disimular, y la policía con el inspector jefe aporta igualmente el estilo socarrón del buen humor inglés que nunca falla cuando hay que retratar a Scotland Yard. Y aunque sea en dosis mínimas, ya vale más la pena que muchas películas de cachondeo continuo más actuales.
Poirot, belga, repudia que le tomen por policía, se dirige a él mismo en tercera persona y tiene más flema que cualquier británico. No es para enmarcar pero no está mal, tan solo criticar un poco las apariciones de Anita, sin encanto alguno.