Más que correcta película en la que podremos apreciar el trabajo de un excelente Roger Moore, actor que desde siempre ha tenido muchos detractores. Su físico probablemente no le beneficiara en muchas ocasiones, en contra de lo que se pueda pensar.
Es justamente su casi ofensiva pose inglesa de la que hace gala, sus maneras estiradas de rancio inglés, su estereotipado estilo con bombín y paraguas, el tema central del intrigante asunto que ocupa El hombre que se apareció así mismo.

Aprovecho para señalar la intrigante novela de José Saramago con un tema similar, El hombre duplicado, aunque no tiene nada que ver con la película el tema central es el mismo: el encontronazo de uno mismo consigo mismo. Manda huevos.