12 de julio de 2020
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fue de lo primero que vi en Netflix, hace más de un año. Aun espero volver a encontrar otra serie que me genere la misma emoción. Vista en hebreo/yiddish con subtítulos aporta la atmósfera de la lengua, creo que imprescindible como siempre para impregnarse del mundo que se ofrece. Es el efecto sonoro de la lengua y también cómo es vivida por la comunidad, cómo la aglutina, es una parte esencial. Y sobre todo es la intensidad interpretativa de muchos de sus actores. Cuando la serie se acaba te deja una nostalgia que no consiguen otras producciones, se echa de menos durante unos días. Sobre todo a Ruchami, una Shira Haas inolvidable en Shtisel y que ya no volví a encontrar en el mismo estado de gracia después en Ultraorthodox, a pesar del enorme éxito comercial de esta última.
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