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Voto de Antonio Morales:
7
Western Wild Bill Hickok busca la ayuda de su amigo Buffalo Bill Cody (llamado así por haber matado a más de 4.000 bisontes) para tratar de detener el levantamiento de las tribus indias en el salvaje Oeste y capturar al renegado que les vende las armas. Calamity Jane, enamorada de Bill Hickok se unirá a ellos... Wild Bill intentará detener una sublevación india incitada por traficantes de armas blancos. (FILMAFFINITY) ... [+]
24 de noviembre de 2014
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
El que espere encontrar en esta reseña el tono burlón, despectivo o insultante con que algunos suelen referirse al cine de Cecil B. De Mille, el que busque una postura snob y displicente de superioridad que suelen adoptar los gafapastas “cultos” lastrados de prejuicios para con el cine popular americano, que consiste en valorar las películas “antiguas” desde una perspectiva “pop”, “camp”, “kitsch” o “sub”, es decir, con esa condescendencia que asumen quienes prefieren contentarse con ideas recibidas o esquemas preconcebidos que reflexionar sobre algo que requiere atención y esfuerzo o despreciando lo que desconocen. Utilizando un símil del western…, creo que han errado el tiro. De Mille fue un pionero y maestro del cine digno de mucho respeto, sin entrar en su ideología política.

La secuencia de apertura de esta película que no trata sobre Buffalo Bill, como podría deducirse del erróneo título español, sino de su amigo Wild Bill Hickcok (Gary Cooper), “El hombre de la llanura” como el título original del film, describe muy bien el clima social y político de EEUU una vez finalizada la Guerra de Secesión. El presidente Lincoln piensa en el lejano Oeste – el famoso lama “Go West!” – para los soldados que regresan del frente desocupados y desmotivados, mientras los comerciantes de armas desean vender rifles de repetición a los indios a cambio de pieles para mantener el negocio una vez finalizado el conflicto bélico. Un hombre contratado por los comerciantes de armas, John Latimer (Charles Bickford), se encarga de venderlas ilícitamente a los Cheyennes, provocando con ello una revuelta india.

Varios mitos de la realidad y la leyenda del viejo oeste quedan unidos en una de las ficciones a modo de compendio sobre las constantes del western, además de los cuatro personajes protagonistas, están: Custer y el séptimo de caballería, Toro sentado, Caballo loco, bandidos, pistoleros, bisontes, las llanuras, las praderas, las montañas, el ferrocarril, la fiebre del oro, incluso el asesinato de Lincoln de forma colateral, cuando la esposa irrumpe en una reunión recordándole al presidente que tienen una cita con el teatro. Y todo ello, en menos de dos horas, a eso le llamo yo capacidad de síntesis y concreción: el famoso explorador Buffalo Bill, recién casado, se encuentra con sus amigos Wild Bill Hickcok y Calamity Jane, más tarde son requeridos por el ejército para cumplir una peligrosa misión.

La visión política y aventuresca se transmuta rápidamente en una elegía, sobre los personajes que llevan el Oeste en la sangre, un aventurero misógino, independiente y fronterizo que siempre se limpia los labios tras un beso de Calamity Jane, reforzando su interés por los personajes antes que en la historia colectiva del país, pese a tratar hechos determinantes de la misma. Se trata de la batalla de “Little Big Horn”, cuando los indios de Caballo loco derrotaron al general Custer. Resulta curioso que el indio encarnado por Anthony Quinn que cuenta la batalla a Hickcok, es el mismo Quinn que encarnó a Caballo loco en el film de Raoul Walsh, “Murieron con las botas puestas”.
Antonio Morales
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