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España España · Pontevedra
Voto de The Quiet Man:
10
Serie de TV. Comedia. Fantástico Serie de TV (1990-1992). 35 episodios. Chris Peterson (Chris Elliott) aún es repartidor de periódicos con más de 30 años. Sus padres (que siempre van en bata) le odian, y están deseando que se independice. En cada capítulo, Chris se ve envuelto en las más surrealistas aventuras: desde participar en el concurso mundial de deletrear palabras hasta hacerse con un extraterrestre como mascota, pasando por fabricarse un zumo para viajar por ... [+]
9 de mayo de 2012
30 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
A finales de los ochenta y principios de los noventa, la caída del muro de Berlín, la desaparición de la URSS y el incipiente proceso globalizador permitieron al neoliberalismo desplegarse a sus anchas sin ningún tipo de contrapeso. Con un título tan premonitorio como “Get a life” (Búscate la vida) es evidente que los creadores de esta emblemática y visionaria serie ya intuían la sociedad de disparate que se nos venía encima.

Un magnífico Chris Elliott en estado de gracia se convierte en el alma de la serie dando vida, con carismático magnetismo -entre adorable y repulsivo-, a un Chris Peterson infantil, ingenuo, crédulo, inmaduro y egoísta, que será una y otra vez víctima de todo tipo de engaños, abusos y timos. Inmune al desaliento y perfeccionando su estupidez a grados superlativos, se convierte ante nuestros ojos en el nuevo superhombre del siglo XXI, desarrollando en cada capítulo una nueva memez con la que enfrentarse a la realidad. Y es que, precisamente, la evolución de los acontecimientos desde el estreno de la serie la han engrandecido todavía más –si ello fuese posible. La desregulación del capital y su descontrol han terminado por crear una realidad social en donde miles de jóvenes en la treintena viven con sus padres, con un futuro desolador de precariedad e inestabilidad por delante se “buscan la vida” como pueden. Chris Peterson nos puede parecer todo lo estúpido que queramos, pero lo tiene claro, para él la verdadera estupidez es ser cómplice y madurar en esa realidad.

Todos los capítulos son extraordinarios y constituyen una obra maestra del surrealismo y lo absurdo, no tienen ni un sólo segundo de desperdicio y nos dejan toda una colección de deliciosas reflexiones. Con cada nuevo visionado la serie sigue mejorando y nos divierte todavía más. La veneración que genera la ha llevado a ser una de las grandes entre las series de culto.
The Quiet Man
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