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Voto de Vivoleyendo:
10
Romance. Drama Céline (Julie Delpy), una estudiante francesa, y Jesse (Ethan Hawke), un joven estadounidense que viaja por Europa tras ser abandonado por su novia, se conocen en un tren con destino a París. Cuando llegan a Viena, Jesse debe bajar porque al día siguiente regresa a su país, pero logra convencer a Céline para que pase la noche con él en la ciudad. En el curso de esa noche, se conocen a fondo, discuten sobre diversas cuestiones como la ... [+]
3 de abril de 2008
217 de 250 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo, definitivamente, creo que existe algún tipo de magia.
Un día como otro cualquiera te levantas, te diriges hacia una jornada que acaba de comenzar, con tus pensamientos puestos en las cosas más prosaicas y simples. En realidad no se trata más que de hábitos repetidos constantemente. Piensas en tu ducha matinal, en la ropa que te vas a poner, en el desayuno y en el destino al que te vas a dirigir. El centro de estudios, el trabajo, donde quiera que te dirijas normalmente... O puede que estés haciendo algo distinto. Puede que estés viajando y te encuentres lejos del lugar que llamas hogar. En ese caso, estás pensando qué tren vas a tomar y hacia dónde. Te subes al tren y te acomodas voluptuosamente en el asiento, envuelto en ese estado de ánimo agradable que te acompaña cuando sabes que vas a pasarte horas a solas contigo mismo, sin hacer nada más que dejar a tu mente vagar, mirar por la ventanilla y sumergirte en la lectura de un libro. Sin más planes inmediatos que los de dejarte llevar hacia el próximo destino.
En ese momento, una chica se sienta cerca de ti. La miras, por el acto reflejo de levantar la vista cuando vemos que alguien se mueve. Ella también te mira. Y ocurre algo. Tu corazón es más veloz que tu pensamiento y ya intuye que este trayecto no se va a limitar a dejarte a solas. Antes de que puedas pararte a razonar, tu instinto está actuando por su cuenta, y ella percibe tu reacción. Tal vez sienta lo mismo que tú. Tienes que hablarle o morir ahí mismo, porque sabes que te arrepentirás durante todo lo que te quede de vida si no lo haces. Y lo haces. Estableces el contacto. Y ella te responde.
Sois dos desconocidos que se han cruzado en un punto de sus trayectorias dispares. En ese instante breve de la intersección, viajáis juntos. La unión de ambas trayectorias va a durar una escasa fracción de tiempo, ambos sois conscientes de ello pero, pese a todo, o quizás a causa de ello, tomáis la súbita decisión de compartir el uno con el otro más de lo que hayáis compartido jamás con nadie porque, paradójicamente, en ocasiones es mucho más fácil abrir el alma ante un extraño que ante alguien a quien conoces. Puedes hablar libremente porque no vais a disponer de tiempo suficiente para nada más. Es como cuando vas a pasar el día a una playa lejana donde eres alguien anónimo, y por ello decides quitarte toda la ropa, sin que te importe que te vean desnudo.
Habláis y habláis, y vais desgranando trocitos de pensamiento y de corazón, y descubrís que probablemente no exista ningún otro lugar en el que desearíais estar, ni otra persona con la que hablar, que os haga sentir tan bien.
Así da comienzo el amor. Entre conversaciones que van brotando como un manantial formado por gotas de rocío. Entre los puentes que se tienden de una mirada a otra. Entre risas compartidas. Entre el placer y la certeza de que ahora no hay nadie más en este mundo con quien querrías estar. Sólo con ella. Sólo con él.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
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