Una oferta regular a grandes rasgos, porque no engancha desde su improvisada e ilógica propuesta argumental que da vida a un conflicto narrativo que tiene sus ideas prendidas con alfileres. La premisa de un cirujano plástico (Anton Diffring) que experimenta ilegalmente con muchachas con rostros desfigurados y que encubre sus delitos dentro de una fachada circense es muy delirante y poco verosímil como para atrapar en intensidad.

Curiosamente el filme posee muchos pasajes donde se ven imágenes de un circo real en actividad, que vienen a servir de relleno para completar todos los vacíos argumentales que la cinta exhibe y que sin estos “complementos” no llegaría a una hora de metraje. Estas secuencias de imágenes verídicas se montan en paralelo con lo ficticio que la historia posee, lo cual y como ya dije, es demasiado extraviado como para que nos lo tomemos en serio.

A favor tenemos una enjundiosa puesta en escena que amalgama las imágenes reales del “live-action” circense con las escenas filmadas que dan vida a la ficción propia de la delirante historia que origina el nudo argumental.

La calidad de la imagen, el colorido, el maquillaje y la fotografía son puntos altos dentro de la cinta. Otro aspecto a destacar es el bonito tema musical que se repite hasta el cansancio en el desarrollo fílmico: se trata de “Look For A Star” de Garry Mills.

En fin, pobre desde su entramado narrativo en la parte ficticia con ese rollo del cirujano plástico que usa un circo de fachada para disimular sus experimentos ilegales; por ende sólo es llamativa cuando visionamos las partes donde vemos a la tropa circense en escena haciendo su trabajo. En general es un producto regular que no llega al aprobado.

Palabras claves: experimentación ilegal, Dr loco, serie B, bioética.