Es la secuela de “Sometimes They Come Back” (1991), película para televisión que originó dos continuaciones más.
Esta segunda parte, salida directamente al mercado del videohome, no tiene gran desarrollo ni profundidad en su historia. La obra se circunscribe como una típica película serie B donde se le puede rescatar como elementos positivos apenas algunas escenas fuertes bien logradas desde el impacto visual que producen en el espectador y el interesante trabajo musical que hay en la mística banda sonora.
Las variantes de la trama giran en torno a sacrificios y ritos satánicos, a posesiones diabólicas y a demonios que se encarnan en cuerpos de humanos y que vienen a cobrarse una venganza por un caso no resuelto del pasado.
Pero la idea no trasciende mucho más allá de los convencionalismos, e inclusive se queda más corta de lo esperable aún para cintas baratas como éstas, pues no tiene la consistencia ni el atractivo necesario desde la sugestión que debería causar el factor sobrenatural que predomina de fondo en el filme.
Eso sí, tenemos dignas interpretaciones –obviamente que están de acuerdo a las exigencias de lo que el guión necesita- de la oscarizada Hilary Swank y del actor de series televisivas Michael Gross.
También habría que destacar que el filme tiene algunos efectos especiales dignos, de acuerdo al presupuesto que la cinta contaba.
De haberse pergeñado más la historia, quizás estaríamos frente a una cinta de terror aceptable. Pero es innegable que la película queda estancada en el delineamiento de las alternativas narradas, las cuales si bien tienen momentos intensos para tener en cuenta, en gran parte del metraje adolecen de la astucia y el volumen necesarios para sugerir mejor la intriga y la truculencia que se respira en el ambiente.