Si atendemos a fechas de estreno, parece que el señor Peckinpah se apropió de la idea general de esta película para su controvertida "Perros de paja".A un visionado de ambos me remito.
Una pareja es acosada por una pandilla de perros rabiosos rurales de la Inglaterra profunda ( aquí es isla de Nueva Inglaterra). Él, un apuesto maduro americano, cochazo ( y que sabe kárate mejor que James Bond y Bruce Lee) y ella una rubia estupenda de la época, la actriz Carol Lynley, que interpreta a Susanah.La pareja regresa al antiguo hogar de ella. Tras heredar un viejo molino se disponen a visitarlo. Éste oculta un oscuro secreto, una leyenda que mantiene alejados a los habitantes de la zona.
Opresiva atmósfera conseguida.
Asistimos a una tensión sexual equivalente a las endorfinas libetadas de un brutal violador liberando una manada de tarados con patillas largas y suciedad en un páramo desolado. Porque así se nos muestra a la manada que acosa a la protagonista y que encarna su líder el turbador actor Oliver Reed. Hasta ahí, efecto conseguido, abusar en él y el deleite de la situación, a mi entender es de enfermo.
Es lo único interesante. El guión mediocre y la historia por más que nos la vendan como un relato de H.P. Lovecraft en sí es previsible y tosca. No me convence, eso sí, es curioso ver mucho cine porque todos hablan de la peli de Sam y ésta está olvidada completamente. Sinceramente no es justo.