Producida por Fangoria y dirigida por Keola Racela, Porno no es una gran cinta ni de terror ni de comedia, no obstante, la terminas viendo entera sin bostezar y algunos de los protagonistas resultan muy atractivos. El tema no es gran cosa. Sinceramente, el título de Porno sólo sirve para acercarte como curiosidad a ella. Es más gore que otra cosa (algunas escenas dan un pelín de repelús). El guion es normalito. Eso sí, es cierto que está muy bien rodada y que los colores utilizados hipnotizan. Creo que este es el adjetivo correcto, hipnótica. Lo de que es comedia y terror es bastante discutible. No me he reído y tampoco he sentido miedo (pero es obvio que son emociones subjetivas). Tampoco me ha creado desazón ni tensión. Es lenta, pero de esas que son un poco «contemplativas». Los que me leéis a menudo sabéis a que me refiero con esto. Lentas sin ser aburridas. Tiene un estilo indiscutiblemente setentero. Parece que todos, incluidos guionistas y directora se han metido un tripi al grabar, pero en este caso no es malo, sólo resulta raro.

Lo mejor de todo son los actores, que trabajan muy bien, perfectamente metidos en sus respectivos roles.

La historia no tiene mucho misterio. En los años noventa, un grupo de adolescentes que trabaja en un cine encuentra un rollo de película con clasificación X que deciden proyectar en la noche que el jefe les deja ver una película. Lo malo es que tanto el jefe como los empleados son parte de una comunidad ultra cristiana que no tiene ni idea del monstruo que están a punto de despertar. Toda la acción transcurre en los cines y los diálogos son normalitos. Pero insisto, ¡ojo a la estética!