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España España · Vilafranca del Penedès
Voto de SergiMerchan:
8
Documental Poeta y héroe de la contracultura americana, Jonas Mekas nació en Lituania en 1922, inventando el diario filmado. Walden, su primer film-diario completo, un retrato épico de la escena vanguardista neoyorquina de los 60, también es un innovador y personal trabajo cinematográfico. (FILMAFFINITY)
30 de mayo de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jonas Mekas, poeta visual nato y uno de los padres de la contracultura americana de los años 60, en ‘Walden’ vertebra lo que sería su lirismo, ese tipo de cine-poético que, antes de su aparición, en algunas ocasiones, muchos críticos usaron a modo de insulto y mofa.

Su visionado marea, confunde y empacha, pero no en el mal sentido de la palabra. ¿Sabes esa sensación de cuando vas a ver una exposición de arte y, a tu sorpresa, hay tanta obra que se te acaba por “atragantar”? Pero repito, no lo digo en un mal sentido, ‘Walden’ es una exposición de imágenes en movimiento por donde se pasean artistas de la talla de Andy Warhol, Carl Theodor Dreyer, Marie Menken, Michael Snow, Allen Ginsberg o John Lennon y eso, evidentemente, nunca podría ir a la contra de una obra, en todo caso la retroalimentará.

Hay exposiciones, como la no-temporal de el Louvre, que son imposibles de ver en un solo día, de ver y propiamente apreciar todo lo que haya ahí expuesto, sería el trabajo de toda una vida. De ahí el “mareo” o “atragantamiento” comentado, ‘Walden’ aguarda en sus 3 horas de metraje una belleza extrema, que rebosa vitalidad, hay tantas significaciones y pasmosas secuencias, que sería una falta de respeto considerar la película de Mekas, así como todo su cine, de “articulado”.

¿Qué quiero decir con “articulado”? Por articulado entiendo cualquier film que ha sido ideado y preparado al milímetro, ya antes de acudir a la fase de filmación. Mekas juega con lo que tiene, experimenta con la realidad, con aquello que no entiende de normas y emana una energía única y especial a la par.

Lo que se conoce como “mirada descentrada” es, a grandes rasgos, cuando la cámara se desvía del personaje a retratar, centrándose en aquello que se denomina “profílmico”, es decir, todo lo que está ya dispuesto para ser grabado, más allá de lo planeado. Sería erróneo tachar su cine de vago o impreciso, Mekas, simplemente, lo que hace es ir a buscar la película a fuera, su espacio rodado es, y siempre será, la vida misma.

La película adopta un ensayo de Henry David Thoreau, un experimento sin precedentes literarios en donde el autor norteamericano, tras pasar dos meses en una cabaña construida por él mismo, decidió ponerse a disposición de las palabras y no viceversa, lo cual habría sido lo normal. Me explico, Thoreau, en ese exilio voluntario de las nocivas grandes urbes, acabó creando un nuevo concepto de expresión artística, uno que, como todo soporte que es únicamente literario, no constaba de soporte visual, de pasarlo a imágenes ya se encargó el director lituano más de 100 años después.

Jonas Mekas ha declarado en varias ocasiones, que él ni siquiera hace películas, tan sólo filma lo que le apetece hasta que sus amigos le piden que comparta aquello que tenga entre manos en ése momento. Es un voyeurista nato, uno que dispone de una mirada tan refinada, que hace visualmente atractivo aquello que, para muchos de nosotros, sería imposible de percibir como bonito.

Destruye con lo convencional, con lo lineal, con los personajes claros a seguir y crea un nuevo significado de lo profílmico, ya sea perteneciente al mundo de la no-ficción como de la ficción propiamente, conectando sobretodo con, si realmente es toda obra documental necesariamente comparable a una de ficción, el subgénero/movimiento conocido como 'mumblecore’

Su manera de rodar se adelantó al cine del futuro, puede exasperar a quien no sea asiduo a las experiencias fílmicas no-comunes, él cambió hace tiempo del analógico al digital, como cualquier alumno en la primaria aprende a desprenderse del lápiz para coger el bolígrafo y no soltarlo jamás, el ser humano “muta”. Exuberante en cuanto a forma y abundante de belleza plano a plano, Mekas también hace mutar y desarrolla los principios del realismo psicológico que subyacen, tanto en ‘Walden’, como en cualquier otra de sus otras obras poético-visuales.

Estamos ante un film de un hombre curioso, con una mirada incansable, al que le interesan tantos temas, autores, sitios y cosas, que no puede –y menos mal-, centrarse en un solo tema o personaje a retratar. La película sólo hace que abrir cuestiones, dudas, situaciones y momentos, es complicado de cerrar algo que siempre seguirá allí, y aún más cuando es el tema que hace avanzar una trama: nuestro mundo.

Aturulla y fascina a partes iguales, da la impresión de haberse hecho sobre la marcha y concibe una forma de rodar tan particular y azarosa que es imposible de infravalorar, se podrá conectar más o menos con esta frescura, pero indiferente no podrá dejar a nadie.
SergiMerchan
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