Película del montón pero en la que los sospechosos del asesinato no paran de ser descartados. Es necesario esperar hasta los últimos minutos, con su consiguiente tensión, para quitarte la curiosidad. Mantiene la tensión hasta el final, si bien no es totalmente creible el papel de Nicolas Cage como exmafioso metido a hombre de negocios.

Una gran serie de humor en la que a través de la ironía se consigue explica qué es realmente un consultor de empresas. A través de las peripecias del protagonista se crean grandes y desternillantes momentos. Es muy significativa la relación de amor y odio que tiene el personaje principal con su ex mujer, y a la vez competidora.
Los actores interpretan un gran papel combinando momentos desternillantes, intercalados con momentos de gran seriedad en la que demuestras cómo un realmente trabaja un consultor profesional. Igualmente se muestran las diferentes argucias que utiliza para poder conseguir un contrato y parecer indispensable en una empresa determinada.

El protagonista, Tom Miller, es un abogado asociado que se toma ciertamente mal su despido. Desde el primer momento la forma en que asume su despido es poco verosímil. Desde entonces se masca una falsa tensión cuyo único dilema es buscar la razón por la que el asesino actua.
Lo mejor de la película son los primeros veinte minutos y los últimos diez minutos, el resto es un sinfín de tensión mal llevada. Es la típica película para pasar la tarde, pero sin ningún tipo de expectativa ni tensión.