Una película que me resultó ofensiva, con una carga excesiva de misoginia. Asumo que su representación del Edén evoca así a Eva y coloca a la mujer en todos los lugares donde creía que sabíamos, ya, que no la debíamos colocar: la loca, la obsesiva, una vagina, un aparato para gestar y cumplir el rol maternal. Como explican textualmente, la naturaleza controla su vida, y no ella misma.

Personajes vacíos, que carecen de un contexto que avale los comportamientos tan extremos en esa relación que se muestra.

Una serie sensible, respetuosa, emocionante y divertida. Enmarca perfectamente el contexto que se vivió en Argentina previo a la sanción de la ley del matrimonio igualitario, donde coexistía la esperanza de un sector con la resistencia al cambio de otro.

Cuenta con algunas desprolijidades y algunos personajes cuyas historias no terminan de resolverse con claridad, pero destaco, sobre todo, la manera en la que la trama me permitió sentirme una confidente más en las aventuras de este grupo de amigas, que pese a sus tristezas, fuertes historias y la hostilidad del entorno, encuentran en su comunidad un espacio de libertad y sosten.

Una obra a la que vale la pena darle una oportunidad, y que nos servirá para recordar la fuerza con la que se debió luchar para vivir en un mundo más justo.