No sabría por dónde empezar a buscar los defectos de esta bazofia.

Supongo que el más evidente es que los actores, dos o tres de ellos profesionales (lo siento, pero me niego a calificar a Coque Malla como "Actor"), son aborrecibles.
Desde Silke, quien me parece la actriz más insulsa e inexpresiva en varias décadas, hasta Nancho Novo, que ni sé qué hace aquí ni creo que él estuviese plenamente convencido al respecto.
En descargo del elenco cabe decir que ante unos diálogos del calibre al que nos enfrentamos durante 86 larguísimos minutos no da para mucho actuar. Son objetivamente malos, irrelevantes, y su mayor handicap son sus mismas pretensiones.
Los actores se limitan a repetirlos cansinamente, sin inflexiones. Puro trámite.

Bajo la superficie hay más. No mucho, pero más.

Puesta en escena: Ambientación oscura, y no por su ambiente sino decididamente por una iluminación incompetente. Se intenta focalizar la atención con estridentes colores rojos y azules, muy "a la Lynch", salvando las distancias, obviamente.

El vestuario también merece mención aparte. Parece que el responsable al efecto haya rebuscado en el rastrillo benéfico de un cabaret de segunda, llevándose las gangas en base a un presupuesto "ad hoc". Eso y la imaginería futurista, sacada probablemente de la ferretería-menaje de hogar del barrio del tal Dyaz (si hasta se pone una Y de Lynch!) pueden arrancar una sonrisa (de incredulidad, pero sonrisa al fin y al cabo) que desaparece cuando uno va viendo, pocos minutos más tarde, por dónde van a ir los tiros.

Narrativamente adopta los peores tics de Lynch. El resultado es decididamente caótico, en la peor interpretación del término.
La narración se confunde entre interludios que no cuentan nada e imágenes pretendida y pretenciosamente turbadoras. Forzosamente las elipsis deben apoyarse en los cambios de vestuario del reparto para que la sensación de nonsense no sea absoluta.
Y claro, todo ese artificio de videoarte de baratillo debe tener algún sentido, además de una pretensión (pretenciosidad), y lamentablemente llego a la conclusión de que es un (muy) vano intento de disfrazar una falta de argumento, ideas y talento.

Sigo en spoiler por falta de espacio. No cuento nada de la película, porque no hay nada que contar.

Vista en la superficie, en sus primeros minutos puede parecer una comedia alemana al uso, para bien y para mal, en la que Hitler vuelve a Alemania (un poco como "y al tercer año resucitó" pero cambiando de monstruo) y se enfrenta a la vida moderna. Te hueles una comedia de viajes en el tiempo, con sus gags al uso, todo ello envuelto en la asepsia típica de las producciones germanas.
Pero al paso de los minutos se convierte en una áspera HOSTIA en toda la cara de una sociedad aborregada, dispuesta a tragarse lo que le ofrezcan si lo visten de lo que quieren oír.
Pero eso sí, tampoco renuncia al chascarrillo. Unas veces más facilón, otras más elaborado, y algunas francamente bizarro y bruto pero mezclados con bastante acierto.

Muestra a Hitler como un personaje ridículo que en su evolución (que la hay, afortunadamente) pasa a aterrador y luego a hipnotizador de masas.

Habla de buenrrollistas de postal que se quitan la máscara cuando les tiran de la lengua, de manipulación de las masas a través de los medios, de hacer LO QUE SEA por la pasta y la audiencia, de escrúpulos bajo mínimos.

Habla, en definitiva, de que parece que ese hijo de puta de AH no se haya ido nunca.

La película puede parecer mejor o peor, pero desde luego nadie le puede negar una gran valentía con la que está cayendo en Alemania con el tema.

Leídas algunas críticas acerca de esta película, he de dar la razón cuando se la compara, sobre todo, con Deliverance entre otras piezas del género "paletos desquiciados" (Las colinas tienen ojos, Wrong Turn e incluso Acorralado).

Básicamente el conjunto es una película para mirar, más que para ver.
La belleza de los parajes sorianos y burgaleses, donde ha sido rodada la mayor parte de la cinta absorbe hasta el punto de hacer más llevadera una película nada sólida donde el entorno de por sí ofrece la sensación de agobio, peso que debería llevar un guión que se sustenta demasiado en una situación puntual descuidando el desarrollo, que resulta previsible, atropellado y en un par de ocasiones incongruente.

El ritmo narrativo adolece de parones no demasiado justificados con la intención de que conozcamos un poco a dos personajes sin "feeling", en especial el personaje de María Valverde, muy perjudicado por una interpretación bastante falsa, sin carácter, con unos modos barriobajeros tan forzados que no se los cree ni ella misma.
En cambio, Sbaraglia nos ofrece un recital de expresiones bastante conseguidas (aunque a veces se olvide de que tiene que cojear) que lamentablemente le obligan a llevar todo el peso interpretativo en una cinta con muy pocos personajes que además no son capaces de apoyarle, lo que nos impide empatizar con un Sbaraglia que se ve metido en un tour de force baldío.

La continuidad es otro de los lastres de esta película.
Llega un momento en que se pierde la noción del tiempo (dentro del desarrollo) y eso es muy importante cuando la acción tiene que fluir únicamente en entornos naturales y más aún cuando muchas escenas de la película son en tiempo real.
En realidad sólo hay una elipsis claramente diferenciada, más que una elipsis un interludio muy desaprovechado que podría haber servido como punto de inflexión en la relación entre los personajes principales y que es desaprovechado en una conversación banal que no aporta nada a la historia.

Con todo, tiene algunas situaciones tensas, planos interesantes (algunos ciertamente espectaculares) y alguna sorpresilla que al fin y al cabo no es tanto como para disipar la sensación de que hemos visto una película puramente visual cuyo propósito es evitar dar demasiadas cabezadas, o eso espero porque si lo que pretende es transmitir algún mensaje (y es cierto que hay segunda lectura demasiado obvia como para obligar al cerebro a funcionar) falla estrepitosamente por lo manido del discurso.

Aún con todo lo dicho, la película resulta entretenida y visualmente atractiva. No hay que pedirle mucho más.

Y ahora los spoilers:

...y por eso me gustó más poco que mucho.

La receta es tan simple como la cobertura de una pizza.
Reunir los siguientes ingredientes:

Tomate, que lleva bastante
Unas lonchas de la típica película catastrofista británica (28 días después). Me pregunto si los isleños tienen una especie de complejo de aislamiento ya que no hay película british de este tipo que no se circunscriba enteramente a la gran bretaña com principio y fin del mundo.

Unos trocitos de tecno-survival con gachí rompeculos (resident evil)

Unas gotas de troma film, en especial por las actuaciones hiperbólicas y ciertamente nefastas de los punkis malosos.

Algo de 1997 rescate en nueva york, incluyendo el recurso facilón de llamar Carpenter a uno de los personajes.

Una escena calcada a Mad Max 2 en lo que a desarrollo, estética y desenlace se refiere.

Otra calcada de Mad Max 3.

Un giro argumental que nos traslada a la mismísima edad media, donde encontramos referencias a diversas películas del género (Los señores del acero, Los caballeros de la moto, El ejército de las tinieblas)

Un par de actores que acostumbraban a ser buenos pero relegados a películas de dudosa estofa (véase Bob Hoskins, que se le ve de lo más incómodo en un papel tan poco solvente como el suyo, y un Malcolm McDowell al con los años se le ve más que acostumbrado a este tipo de productos)

Ponerlo todo en una base fina, débil (un virus, cómo no), asegurándose de que se deshaga a media cocción (llegué a olvidarme del virus a mitad de la peli).

Tener cuidado de no llegar a la cocción ideal, de ese modo se evita que todo quede bien cocinado.

El resultado: Una peli que aunque tiene una acción muy vistosa, un gore muy alegre y cantarín, y un arranque muy prometedor acaba cayendo en el sinsentido de querer meter muchas referencias y no acabar de cuajar práctimente ninguna. El débil argumento se pierde a poco más de media hora del inicio para asistir a un compendio de homenajes más o menos descarados, y ahí es donde radica el éxito o el fracaso del conjunto.
Depende de lo freaky que tengas el día.

quiero suponer que Marshall ha optado por la vía de la jeta de cemento y no quería ofrecer más de lo que da, una peli muy freaky, en la que el descacharre y el "anda, mira, esto se parece a mad max (o resident evil, o 28 días después, o escape de absolom o lo que sea)" está por encima de una premisa argumental en la que es más que inútil intentar innovar de lo rematadamente quemada que está.

Vi esta película a principios de los 90, contenida en una cinta vhs mil veces repicada tan mugrienta como la propia película. Además, cabe resaltar que la vi en alemán y a pesar de no tener ni idea del idioma la entendí perfectamente, lo cual no debe decir mucho de sus escasos diálogos.

A mí la verdad no me dijo nada en absoluto. Cuando se suponía que debía decir entre arcadas "oh, qué tipo transgresor, qué ascazo", estaba tan aburrido que me daba igual. Tan solo me pareció una mierda con ínfulas de obra de arte macabro, pero ni por esas. La continuidad brilla por su ausencia, la lógica de vacaciones (y en su lugar unos agujeros en el guión del tamaño del mar de la tranquilidad).
La fotografía, iluminación, lo visual... todo parece iluminado por un flexo de oficina.

Los pocos FX, sarnosos y escasos, baratos.

Las actuaciones están a la altura de las circunstancias. Los actores son para ahostiarlos hasta que se den cuenta de que la cámara les odia.

Con todos los respetos a quienes quieren ver lo que no hay, un mierda como un piano de cola.
He tenido que oir sobre esta peli que es un reflejo de la oprimida y deprimida Alemania de más allá de la puerta de Brandenburgo. Venga hombre. ¿Y qué más? Ahora me pillo el tomavistas super-8 de mi padre y me marco un video arte sobre un paleto que copula con cabras preñadas por burros y me dirán que como soy catalán reflejo con exactitud la división, la bipolaridad de la sociedad catalana del siglo XXI. Pero qué va. Soy un colgao sin talento, pero al menos yo me doy cuenta y no martirizo a la audiencia.

En un ataque de masoquismo, le di su oportunidad a la segunda parte, que no me voy a molestar en reseñar ni en puntuar puesto que es lo mismo, pero más larga (y por consiguiente, más aburrida).

Lo mejor: Que aunque se haga eterna, es corta.
Lo peor: Que haya tenido que morir un conejo en beneficio de esta mierda.