El film presenta una historia de amor y sexo no convencional. Entre los grandes temas que se abordan se cuenta: la libertad sexual, los engaños en las relaciones afectivas y la cosificación del cuerpo. Todo esto en un contexto de liberación y represión política y cultural de diversa índole.
La trama no deja indiferente a nadie, y los diálogos mantienen su vigencia a lo largo del tiempo. Con situaciones ocurrentes, la película transcurre fluidamente entre la candidez de los personajes y lo corrosivo de su argumento.
Las actuaciones están muy logradas, no así en el caso de la protagonista.
Vale la pena visionar esta obra porque ha sobrevivido a la censura y aporta elementos para la reflexión de la condición humana.

Algo moviliza la subjetividad en el cambio de siglo, y los protagonistas lo perciben. La trama refleja momentos típicos argentinos: una peña de amigos y discusiones interminables. El formato en blanco y negro obliga al público, con acierto, a focalizar la atención en lo que se dice.
El guión aborda tópicos recurrentes con el desparpajo que aportan actores provenientes del teatro. Los diálogos son logrados, aunque un poco dispares en su consumación. El resultado es una invitación, desde la mirada masculina, para la nostalgia y la perplejidad sobre temas universales.

Vale la pena dedicarle tiempo a esta serie. Intenta ir contra las historias edulcoradas aportando dosis de realismo. Tiene guiños para el público masivo, pero lo compensa con el sabor local y toques ocurrentes. Para quienes gustan de distintos lenguajes, el catalán será un buen pasatiempo. La estética remanida de sus personajes principales es compensada con la impronta "merlinesca". A recordar años felices y chocarse con la realidad -pues.

Corto de logrado dramatismo, donde la protagonista busca encontrar su eje y trastabilla. En Stuart encontramos una buena muestra de recursos actorales. La gran performance corporal pone su toque de encanto en medio de la tensión que impone la trama.