En un mundo como en el que vivimos nosotros, en plena crisis, quizás nos encontremos también bloqueados como el protagonista. Quizás esa atrofia mental nos conduzca al movimiento sin sentido, a actividades rutinarias que pueden resultar irracionales pero que nos evaden por unos momentos de la falta de respuestas.

En la vida, una persona se puede definir por el trabajo que tiene, por las cosas que le gustan y le pertenecen, por las personas que le rodean... Pero igual no tenemos trabajo, igual no nos sentimos a gusto con lo que tenemos o nuestra casa no es lo que llamamos "hogar"... igual estamos solos...

Es en ese momento que igual encontramos nuestra silla, esa cosa que "nos redime del resto de las cosas", que nos desata de las cosas superfluas y que trae significado a nuestras vidas. Una silla metafórica que se puede traducir en cualquier cosa abarcable por nuestra imaginación.

Esta película recuerda al teatro del absurdo y por eso igual para muchos no tendrá sentido, pero probablemente ese sea su fin. Lo más importante es el sentimiento que deja, de parálisis, ansiedad, soledad... Son personajes olvidados, pero no dejan de ser "terceras personas" lo que implica que podrían ser tipos, representantes de nuestra sociedad.